El 1 de marzo de 2020 –hace ya cinco años–, el Ministerio de Salud Pública confirmó el primer caso de COVID-19 en la República Dominicana, marcando un antes y un después en la historia sanitaria del país.
El primer paciente, Claudio Pascualini, un hombre italiano de 62 años, ingresó al país el 22 de febrero de 2020 procedente de Pesaro, en la Región de las Marcas, Italia. En esa época, Italia ya enfrentaba un brote creciente del nuevo coronavirus, con 888 personas afectadas, lo que puso en alerta a las autoridades dominicanas ante la inminente amenaza.
Detalles del caso y respuesta inicial
Tras su arribo a un resort en Bayahibe, Pascualini comenzó a experimentar síntomas como fiebre y dolor de garganta, indicadores tempranos de infección. Al percatarse de su malestar, se dirigió a un centro de salud cercano a su lugar de hospedaje en la provincia de La Altagracia, donde el personal médico, alertado por su historial de viaje, decidió trasladarlo de inmediato al Hospital Militar Dr. Ramón de Lara, ubicado en la Base Aérea de San Isidro.
El lunes 24 de febrero, bajo la supervisión del coronel y director del centro, el doctor Ramón Artiles, Pascualini fue ingresado en la sala de aislamiento para recibir atención especializada y evitar la posible propagación del virus.
Con base en la evaluación clínica y el relato de sus recientes desplazamientos internacionales, se recolectó una muestra clínica que fue enviada al Laboratorio Nacional de Salud Pública Dr. Defilló. Los resultados confirmaron la presencia del SARS-CoV-2 el 1 de marzo de 2020, dando inicio oficialmente a la alerta por COVID-19 en el país.
Repercusiones y medidas gubernamentales por covid
El anuncio del primer caso generó una respuesta inmediata por parte del gobierno dominicano. Las autoridades de salud intensificaron la vigilancia en los puntos de entrada al país, implementando protocolos de detección y medidas de aislamiento para viajeros procedentes de zonas de alto riesgo. Se comenzaron a desarrollar campañas de información dirigidas a la población, enfatizando la importancia del lavado de manos, el uso de mascarillas y el distanciamiento social.
El Ministerio de Salud Pública, junto con organismos internacionales, inició la coordinación de esfuerzos para aumentar la capacidad de los laboratorios y hospitales, preparándose para un posible incremento en el número de casos. Asimismo, se establecieron líneas de comunicación para informar a la ciudadanía sobre los protocolos de emergencia y las recomendaciones para prevenir la transmisión del virus.
El trayecto del primer paciente y su recuperación
A pesar de pertenecer a un grupo de riesgo por su edad, Claudio Pascualini fue objeto de un seguimiento médico intensivo. Durante su hospitalización, que se extendió por 54 días, el paciente recibió atención especializada y formó parte de un protocolo de tratamiento que incluía monitoreo constante y cuidados en la sala de aislamiento.
Su recuperación fue motivo de alivio tanto para el personal sanitario como para la población, pues representó el primer indicio de que, a pesar de las dificultades, la enfermedad podía ser superada con la intervención oportuna y adecuada.
Impacto a mediano plazo y lecciones aprendidas
El caso de Pascualini marcó el inicio de una serie de medidas y cambios en el sistema de salud dominicano. A lo largo de los meses siguientes, la experiencia acumulada en el manejo de este primer caso ayudó a optimizar los protocolos de atención y a fortalecer la red de laboratorios en el país. Además, la respuesta temprana y la implementación de medidas preventivas contribuyeron a contener, en cierta medida, la propagación del virus durante las fases iniciales de la pandemia.
Hoy, cinco años después, el recuerdo de aquel primer diagnóstico sigue siendo un hito en la historia del manejo de crisis sanitarias en la República Dominicana, evidenciando la importancia de la preparación, la cooperación internacional y la agilidad en la respuesta ante emergencias de salud pública.
