Opinión Carta de los Lectores

Haití y los curas

Haití y los curas

Cartas

La iglesia católica está tomando posición en los problemas de los haitianos en el país. Se opone a las deportaciones y habla de trato inhumano a los indocumentados.

Por lo que vemos, la iglesia se inclina al otorgamiento de las cuotas para la industria de la construcción y los agroindustriales, Pedir revisión de las deportaciones no es el mejor camino.

A simple vista, la iglesia local sigue los pasos de Vatican News, y la denuncia del trato que considera insoportable, la caza, que dice se da a los indocumentados al momento de la detención. Asimismo clama por una segura asistencia médica en los centros de maternidad. Para el país sería un paso de retroceso suspender las deportaciones de indocumentados.

Si se podrían encontrar alternativas y soluciones en el caso de las presiones del sector empresarial. Una de ellas, es integrar a los dominicanos a la agroindustria y a la construcción, pero para ello tendrían que haber mejores salarios y otras facilidades.

No caben, y eso debe estar bien claro, campamentos de refugiados en la República Dominicana. Me da la impresión de que ese tema podría estar en la agenda a futuro de la iglesia. Los curas son los que más cerca están del sentir del pueblo. Su voz siempre debe ser en favor de los dominicanos con soluciones alternativas y francas.

Los dominicanos son solidarios con los Haitianos, pero no se puede llegar al sacrificio, en la búsqueda de asistencia a esa pesada carga de los migrantes. Hoy nadie pone en duda que Haití vive momentos difíciles, de los cuales no se podrá recurar de modo individual.

Necesita la ayuda de todos los países de América Latina y de las grandes potencias, y hasta de una nueva intervención armada. Las pandillas son hoy por hoy las que mandan y a las que hay que pulverizar.
Pero no puede la República Dominicana echarse esta pesada carga sobre sus hombros, poco importa que así lo quieran los Estados Unidos, Francia, España y Canadá. Y por si fuera poco, ahora hay una mayor beligerancia de la iglesia.

El país tiene que seguir haciendo valer su derecho al territorio y de deportar a todos los indocumentados, haitianos o de otras nacionalidades, y hacer cumplir la disposición del 80 por 20 en los empleos.
Que la iglesia dominicana en vez de emitir cuestionamientos improcedentes, mande sus misioneros a Haití para que auxilien a las familias que han sido desplazadas por la guerra civil de baja intensidad. La solución al problema haitiano no está en República Dominicana.

Por: Manuel Hernández Villeta

El Nacional

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