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Haití y Puerto Rico

Haití y Puerto Rico

Hugo A. Ysalguez

Debido a la profunda y grave crisis de Haití, donde las pandillas bien armadas tienen el control del poder, muchos de sus habitantes emigran ahora rumbo a Puerto Rico, pues observan que la República Dominicana está saturada de haitianos ilegales que ocupan la mayoría de las plazas de empleos informales y algunos formales, desplazando a nuestros nacionales, violando el Código de Trabajo que estable el porcentaje del 80 por ciento de la mano de obra criolla y el 20 por cierto destinado a extranjeros documentados.

Las autoridades puertorriqueñas, deportan a los haitianos inmediatamente detectados en su intento de ingresar a la isla. Y la triste situación que padecemos por la inmigración ilegal, la enfoca con objetividad y solidaridad un periodista boricua Rubén Presbot, con el siguiente texto: Van para casi 12 años que Haití fuera devastado por un terremoto que dejo la secuela de 200,000 muertos y sin reponerse, sufre el ataque de una epidemia de cólera, que cuenta miles de muertos y decenas de miles infectados. Es inevitable que cada desgracia haitiana afecte directamente a los dominicanos, por ser ambas naciones dos siameses, aunque unidos por la espalda debido a razones históricas y de origen.

Los haitianos deben aceptar la responsabilidad por el fracaso de su vida republicana; pues crearon una nación sobre despropósitos emocionales y sustentados en razones raciales, religiosas y de odio a todo los que fuera blanco. Al extremo de que su constitución original, prohibía el derecho a la propiedad y ciudadanía a los blancos y extranjeros, aunque hubieran nacido en el país.

A pesar de que han sido cerca de veinte los ataques, masacres e invasiones de haitianos a dominicanos, a través de la historia, son estos vecinos quienes más han ayudado a Haití; incluyendo prestar su territorio como válvula de escape.

Para no ir muy lejos, desde el terremoto, han cruzado ilegalmente la frontera mas de unos 200,000 haitianos. No puede ser de otra manera, por tratarse de una emigración desesperada desde una nación con 70% de desempleo y 90% de analfabetismo, bosques aniquilados y desérticos, terreno erosionado, ríos secos, hambre, sin servicios de salud y anarquía e ingobernabilidad institucional. Y aunque los dominicanos no salen del sub.-desarrollo, su economía es 60 veces más fuerte que la haitiana.

Contando ya con 3,500,000 haitianos en su territorio y un flujo que crece como la espuma y sin control, los dominicanos pueden, si quisieran con un simple ejercicio aritmético, saber en qué momento serán minoría en su propio territorio. Pues los vecinos, empujados por la miseria, continuarán en impenitente desplazamiento hacia el este, con un equipaje de carencias existenciales, que incluye su enorme capacidad de multiplicación, además enfermedades y epidemias.