Tal parece que el terror a la presencia haitiana ha puesto a delirar con propuestas absurdas a legisladores y otros sectores.
Obligar a los profesionales o técnicos haitianos graduados aquí a retornar a su país para aplicar durante un período de cuatro o cinco años los conocimientos adquiridos, como plantea un proyecto de ley, es absurdo.
Es diferente si el estudiante estudia becado por el Gobierno de su país o el dominicano con el compromiso de ejercer la profesión en su territorio.
Pero en todo caso la regulación que buscan Elías Wessin Chávez y otros diputados no debe ser exclusiva de los haitianos, sino de todos los profesionales extranjeros.
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Se ha dado el caso de haitianos graduados aquí que han rechazado atractivas ofertas de trabajo para retornar a su país, donde entienden que son más necesarios.
Pero a fin de cuentas se trata de una decisión voluntaria. Hay muchos haitianos que residen en Estados Unidos, Canadá y otros países que estudian aquí para ejercer en el extranjero.
No se les puede obligar a retornar a su país de origen o de lo contrario repatriarlos. Los legisladores no deben sancionar un proyecto tan absurdo.