Editorial Opinión

Héroe y mártir

Héroe y mártir

Francisco del Rosario Sánchez, de cuyo nacimiento se conmemora hoy el 206 aniversario, es el benjamín de la trilogía de patricios fundadores de la república, quien por su condición de héroe y mártir se erige como gran ejemplo y orgullo del gentilicio nacional, en particular para la juventud dominicana.

Con 23 años, Sánchez se adhirió a la Sociedad la Trinitaria, instrumento político fundado por Juan Pablo Duarte para impulsar el proyecto separatista, del que fue uno de sus leales líderes, tanto así que junto a Matías Ramón Mella encabezó en la Puerta de la Misericordia la proclama independentista del 27 de febrero de 1844.

Fue Sánchez quien asumió la conducción del movimiento independentista, cuando Duarte se vio compelido a exiliarse debido a las persecuciones desatadas contra él por el gobierno haitiano al develarse las acciones que encaminaban los trinitarios.

Al prócer Sánchez le correspondió la gloria de haber escrito y leído la proclama que declaró el nacimiento de República Dominicana y de presidir el primer gobierno provisional (Junta Central Gubernativa), hasta ser desplazado por el conservador Tomás Bobadilla.

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Pedro Santana decretó la anexión a España, en 1861, con alegato de que solo así se detendría la amenaza que representaba Haití, pero fue esa una burda manera de retener el poder, al aceptar el cargo de gobernador de la colonia, lo que dio inicio al movimiento restaurador, al que Sánchez se sumó de inmediato.

El patricio organizó una expedición armada que ingresó desde territorio haitiano con el propósito de consolidar un frente armado contra el ejército colonial en la región sur, en el inicio de la guerra restauradora, pero fue emboscado en la senda de San Juan de la Maguana, donde fue fusilado junto a sus 20 compañeros el 4 de julio de 1861, no sin antes proclamar “yo soy la bandera dominicana”.

Durante más de la mitad de su vida, Sánchez fue siempre un abnegado soldado independentista, por cuya causa fue llevado al patíbulo, pidió a sus verdugos respetar la vida de sus compañeros, al tiempo que reiteraba imperecedera lealtad a la patria.

Una nación agradecida rinde hoy homenaje a Francisco del Rosario Sánchez, insigne padre de la dominicanidad, mártir de la restauración, ejemplo de dignidad, valor, arrojo, rectitud y patriotismo.

El Nacional

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