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Imprevisión crisis de pollo

Imprevisión crisis de pollo

Desde que se detectó la peste porcina africana las autoridades tenían que prever la crisis con la carne de pollo. Era lo más natural que bajara el consumo de cerdo, con todo y la propaganda de que la enfermedad no afecta a los humanos, y se disparara la demanda de pollo.

Los comerciantes, siempre atentos a los movimientos del mercado, no perdieron la oportunidad para aprovechar la incertidumbre generada por la fiebre porcina.

Con el incremento de la demanda, motivada por el desplazamiento de los consumidores a raíz de la epidemia porcina, se generó la escasez y la especulación con la carne de pollo.

Para contrarrestar el alza y la incertidumbre no ha habido más que recurrir a una importación inicial de ocho millones de libras. El precio ordinario es de unos 65 pesos la libra, pero en algunos establecimientos se ha vendido hasta a 100 pesos, en tanto en otro se raciona la distribución.

Si las autoridades hubiesen tomado las previsiones de lugar desde que se detectó la gripe porcina, la evidente crisis con la carne de pollo fuera menos inquietante. La intervención del Inespre y de Pro Consumidor no ha tranquilizado a los consumidores, quienes también se quejan de alzas de precios de otros productos de la canasta familiar.

El problema con el pollo es una experiencia que tiene que asimilarse para no confiarse a la espontaneidad ni a las buenas prácticas del comercio. Además de que se falló en la previsión habrá quienes siempre tratan de hacer su agosto ante cualquier crisis.

El Nacional

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