Pobre de los cientos de empleados y empleadas que trabajan en el polígono central de la Capital, y que a diario utilizan los servicios de la OMSA para movilizarse, pues el precio se elevará en más de un 100 por ciento, como consecuencia de la privatización del transporte que lleva a cabo el gobierno.

Al ritmo que va la administración del presidente Luis Abinader, llegará un momento en que hasta el oxígeno que respiramos será transferido al sector privado. Es un plan bien orquestado, pues todo mueble o inmueble público parece estar en la mirilla de las presentes autoridades para traspasarlo a manos privadas.

Mientras se sentencia la OMSA a su desaparición y su arrinconamiento, viendo envilecer su parque vehicular, en donde los autobuses gusanos nunca llegarán a convertirse en mariposas, este indolente régimen, que actúa como si la ciudadanía fuera su enemiga pasa a manos privadas un bien estatal, inaugurando otro corredor individual, pero sobre la base del dinero del erario público.

Solo bastaba ver los cientos de obreros del Ministerio de Obras Públicas trabajando afanosamente en horas de la noche en la avenida Winston Churchill para entregar una ruta pública a un grupo de bobalicones que han logrado inconmensurables riquezas esquilmando, expoliando y chantajeando al Estado durante estos últimos 50 años.

El corredor privado que se estableció en la avenida Núñez de Cáceres solo recorre un tramo de unos cuantos kilómetros, con un precio de 35 pesos, en contraste con la OMSA que en un trayecto 10 veces mayor solo cobra 15 pesos. Pero al gobierno de Abinader no luce preocuparle un bledo la suerte de la OMSA, sino que sus amigotes tutumpotes, que se han burlado de esta sociedad incrementen sus riquezas, cobijado a la sombra del Estado, en contraste con el pueblo que se desangra en su eterna miseria.

Esta administración da la sensación de tener un guion donde la fórmula a aplicar es la BAM (bulto, allante y movimiento), pues si por un lado se inicia la construcción de una nueva línea del metro, esperen que por el otro, se privatizarán rutas sacando a “voladoras”, motoconchos y a la OMSA, para únicamente dejar a los aliados del gobierno que se repartan alegremente todo los bienes.