El expresidente de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD), Rolando Rosado Mateo, ha expuesto un dato intrigante al abordar la estructura de la alegada banda “Los Papo Trenzas”, que operaba u opera en Los Alcarrizos.

Dijo, se supone que con conocimiento de causa, que la organización criminal cuenta con una dependencia de hasta 300 empleados, al tiempo de atribuir al microtráfico de drogas la violencia callejera que se esparce por el territorio.

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Rosado Mateo, uno de los exdirectores de la Policía que protestó por la corrupción en el cuerpo denunciada por el comisionado para la reforma, debe ser más preciso en ambos casos para no dejar en el aire a la opinión pública.

¿Cómo sabe, por ejemplo, que la banda criminal de la cual fueron abatidos seis supuestos miembros en Los Alcarrizos, incluyendo dos agentes de la Policía, cuenta con tan elevada cantidad de miembros? Es posible, como afirma, que el microtráfico haya hecho metástasis en el tejido social de los barrios, una tesis que se enarbola desde hace mucho tiempo, pero también hay que reconocer que el narcotráfico jamás había sido golpeado tan fuerte como en estos dos años.