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Intrigante liberación

Intrigante liberación

Elvis Valoy

En medio de un tétrico panorama de sangre, sudor y lágrimas, y envenenado por la violencia cotidiana que destruye esa nación, fue secuestrado y posteriormente puesto en libertad sin saberse a ciencia cierta qué pasó, el consejero de la embajada dominicana en Haití, Carlos Guillén Tatis.

El caso del rapto e inmediata liberación del diplomático ha generado un torbellino de conjeturas, dando la impresión de que estamos indiscutiblemente ante la punta del iceberg, y que una simple respuesta ha concitado cientos de preguntas que no encuentran lógica alguna en el asombroso asunto. En este extraño tema cabe perfectamente el aforismo que dice:” Flor sin olor, le falta lo mejor”, por lo que el tweet del canciller Roberto Álvarez no ha sido suficiente.

Este secuestro tiene un hilo conductor que se dirige a ningún lugar. Resulta chocante que una de las personas que acompañaba a Guillén no fue aprehendida, y el lacónico texto del ministro de Relaciones Exteriores en ninguna de sus partes se refiere a la situación que devino en liberación del funcionario (si se pagó o no el rescate que exigían los secuestradores).

Pero igualmente, este hecho debe hacer reflexionar a la cancillería a fin de emitir una circular interna al personal en naciones de altos niveles de violencia, exhortando a las legaciones diplomáticas a permanecer atentos y vigilantes, tomándose las medidas pertinentes para preservar vidas y bienes.

Y no es fortuito que el ministerio de Relaciones Exteriores no haya advertido a la representación dominicana allá de los peligros a que pueden verse enfrentados en cualquier descuido, culpa del desconocimiento de los riesgos que la acechan.

En países con menor desarrollo que el nuestro, a la diplomacia acreditada le entregan un libro con todas las informaciones de la vida diaria.