SEATTLE — Dave Sims lo resumió sucintamente durante la transmisión de Seattle, capturando la manía de los Marineros en torno a su novato prodigio después de su última hazaña, un jonrón sísmico, de tres carreras, que selló el juego durante la séptima entrada de un 4- 2 victoria contra Texas.

“¡Qué mundo para vivir con Julio Rodríguez!” gritó el locutor de jugada por jugada de los Marineros desde hace mucho tiempo cuando el novato rodeó la tercera base después de su jonrón número 18, un lanzamiento a la luna de 416 pies que se mantuvo durante 6.1 segundos impresionantes, permitiendo que Sims y el resto de los 25,509 en T-Mobile Park saltara de sus asientos para el último acto de Rodríguez.

De hecho, Sims reiteró lo que se ha vuelto cada vez más claro en esta gran temporada de novatos: es el mundo de Rodríguez, y todos vivimos en él.

Después de perderse cuatro juegos por dolor en la muñeca izquierda al comienzo de la segunda mitad, el novato All-Star pegó un jonrón por segunda vez en 24 horas, subrayando el valor de su producción de carreras. Sin embargo, si el martes representó más conmoción y asombro al calmar la preocupación por su salud con un tiro en solitario en su primer turno al bate, el miércoles encapsuló su floreciente habilidad para disfrutar, y entregar, en el momento decisivo.

Si no fue ya evidente con un elevado profundo contra el favorito del Cy Young de la Liga Americana, Justin Verlander, en mayo, un grand slam que selló el juego en Arlington hace dos semanas o la actuación de presentación que realizó en el Home Run Derby, el miércoles El jonrón que selló el juego ilustró que ningún momento parece ser demasiado grande para el joven de 21 años.