HOUSTON — Julio Rodríguez ha dicho desde el principio que quiere disfrutar del gran escenario, y el lunes cumplió dramáticamente cuando se presentó la plataforma.

Momentos después de que las bancas se vaciaran entre los Marineros y los Astros, Rodríguez acentuó la tensión palpable en el Minute Maid Park con un batazo de 360 pies a los asientos del jardín derecho, saltando hasta la primera base y aferrándose a su bate a la mitad de la línea. Marcó el signo de puntuación final en una victoria por 7-4 en la apertura de la serie llena de acontecimientos para Seattle.

Además de que los Marineros conquistaron un lugar que los ha perseguido desde 2019, Rodríguez, de 21 años, recién nombrado Novato del Mes de mayo de la Liga Americana, mostró un aplomo impresionante para dejar de lado el peso emocional que se había derramado sobre el campo justo antes.

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Ty France fue golpeado por un lanzamiento en la espalda que no fue cantado de inmediato por el árbitro del plato Chris Guccione, momento en el que el manager de los Marineros, Scott Servais, detuvo el juego para pedir una posible revisión. Al otro lado del diamante, se escucharon voceríos desde el dugout de los Astros, lo que a su vez provocó una respuesta vibrante de Seattle y, de repente, tanto las bancas como los bullpens se vaciaron.

“Siento que nunca salí de mi zona”, dijo Rodríguez. “Sabía que teníamos toda una situación, pero pensé: ‘Tengo que estar listo para batear’. Al final del día, no sé sobre toda esa situación, pero solo necesitaba permanecer concentrado y poder cumplir con el equipo”.

Incluso se vio a Rodríguez, de buena fe, refrenando al relevista de Houston y nativo de República Dominicana, Héctor Neris, antes de que la pelea llegara a un punto de ebullición.

Los dos son conocidos, ya que entrenaron juntos en las últimas temporadas bajas en Tampa, Florida, con el entrenador de rendimiento Yo Murphy, a quien Rodríguez atribuye su gran aumento en la velocidad.

Pero una vez que ambos se atrincheraron tras la disputa por vaciar el banquillo, esa camaradería mutua desapareció; después de todo, había un juego que ganar.

“Al final del día, él está en el otro equipo”, dijo Rodríguez. “Juego para los Marineros y tenemos que competir. … Definitivamente estaba entusiasmado. Realmente nunca hablo ni grito durante mis cuadrangulares, pero dada la situación, sentí que necesitaba hacerlo y dejé que todas mis emociones salieran”.

Después de que el polvo se asentó, Seattle ganó por quinta vez en esta ruta de tres ciudades que concluye en Houston, asegurando su primer viaje ganador por carretera esta temporada.

Quizás no sea una coincidencia que las emociones fueran particularmente intensas dado el lugar, Minute Maid Park, donde los Marineros ingresaron a la noche 4-26 desde el comienzo de 2019 y fueron barridos aquí hace un mes.

“Este lugar no ha sido amable con nosotros y tenemos que cambiarlo”, dijo Servais, quien fue expulsado por discutir durante el incidente de vaciada de bancas. “A veces, un poco de emoción y jugar al límite ayuda, y nuestros muchachos respondieron allí al final del juego”.

Rodríguez fue parte de un esfuerzo colectivo que ayudó a Seattle a superar un comienzo inestable de Robbie Ray y navegar hasta la línea de meta de una gran victoria, una que antes de su jonrón parecía que iba a necesitar hasta el último lanzamiento para lograrlo.

“Dice que le gusta cuando su sangre está caliente”, dijo Servais. “Algunos jugadores juegan mejor. Julio juega mejor. Él juega bien todo el tiempo. Pero algunos chicos dan un paso al frente en esos momentos. Te pones un poco emocional. Obtienes un poco de ventaja para ti”.

Incluso en su caída de un mes desde fines de abril hasta fines de mayo, Rodríguez ha sido un punto brillante constante. En defensa, se ubica en el percentil 93 en outs por encima del promedio. En los senderos de bases, tiene 17 bases robadas líder en la MLB. Y en el plato, golpea la pelota tan fuerte como los toleteros más elitistas del juego, y con habilidad para todo el campo.

Pero las herramientas solo llevan a un jugador hasta cierto punto, y Rodríguez se ha mantenido fiel a su enfoque a pesar de algunas llamadas desafiantes al principio de la temporada. Ha comenzado a golpear el pitcheo secundario a un nivel más avanzado, y ahora el poder ha comenzado a despegar. Su porcentaje de slugging de .526 desde el 1 de mayo lidera al equipo.

A través de los altibajos, Rodríguez ha llevado la misma personalidad positiva. Estaba sonriendo mientras abrazaba a Neris detrás del montículo como un gesto de tratar de calmar los ánimos. La compostura que mantuvo el lunes, a pesar de la atmósfera que induce a la adrenalina, impresionó a todos.

“Es súper raro, pero solo muestra dónde está mentalmente”, dijo Ray. “Tiene una buena cabeza sobre sus hombros, y es humilde. Pero él vive para ese momento, y es divertido verlo cuando se presenta en esos momentos. Solo ver salir a ese joven de 21 años mientras corre las bases, es muy divertido de ver”.