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Krokodil: droga letal

Krokodil: droga letal

Se prepara cocinando la codeína o metilmorfina, un alcaloide que se encuentra en el opio. La droga también tiene uso médico.

Por: Maguá Moquete Paredes

Maguamoqueteparedes@gmail.com

Se trata de una de las drogas más letales que existen actualmente con unos efectos devastadores. Nos referimos al krokodil, también conocida como desformina. Esta droga surgió en países de Europa del este como Rusia, Ucrania y Georgia y, posteriormente se expandió por el resto del continente, hasta llegar a España.

Se fabrica cocinando la codeína o metilmorfina, un alcaloide que se encuentra en el opio. Se utiliza con fines médicos como analgésicos, sedantes y antitusígenos. Se le considera un narcótico.

Puede presentarse como cristales inodoros e incoloros o bien como polvo cristalino blanco; con disolvente de pintura, gasolina, ácido clorhídrico, yodo y fósforo rojo. El resultado es un líquido que se inyecta en venas para su consumo.

El krokodil es un extracto de la exudación lechosa y blanca obtenida de la incisión de la cápsula de la amapola o adormidera que puede ser hasta diez veces más potente que la heroína, pero cuesta una décima parte que ésta.

Su bajo coste y la relativa fabricación artesanal han propiciado que su popularidad aumentara en los últimos años.

El origen de su nombre krokodil se encuentra en la reacción que provoca en la persona, cuya piel se vuelve verde y escamosa, como la de un cocodrilo.

Las consecuencias más graves del consumo de krokodil son los daños en músculos y otros tejidos blandos, consecuencias físicas en el sistema vascular que incluyen flebitis, hemorragias, abscesos, tromboflebitis y úlceras. Además, infecciones en la piel que llegan hasta los huesos y gangrena en el área donde se inyecta, logra un estado de putrefacción radical en la carne, pérdida de dientes, problemas al hablar y de coordinación motora. La adicción a esta droga no es muy duradera, ya que los consumidores no suelen vivir más de dos años desde que empiezan a consumirla.

Sintetizado por primera vez en 1932 en Estados Unidos de América. Fue utilizada en Suiza con el nombre comercial Permonid, siendo descrita como una droga de rápida actuación y corta duración con náusea o depresión respiratoria al ser comparada con una dosis equivalente de morfina.

La síntesis tradicional de la desomorfina parte de la a-clorocodida, que a su vez se obtiene haciendo reaccionar cloruro de tionilo (está formado por un átomo de azufre unido a un átomo de oxígeno mediante un enlace doble) con codeína. Por reducción catalítica, la a-clorocodina produce dihidrodesoxicodeína, la cual conduce a la formación de desomorfina por desmetilación (una reacción química caracterizada por la eliminación de un grupo metilo).

Durante la década del 2000 comenzó a sintetizarse clandestinamente en Rusia, donde se conoce como krokodil (cocodrilo); probablemente debido a una derivación del nombre clorocodida y al aspecto de la piel que presentan sus usuarios. 

La desomorfina fue foco de atención durante el año 2010 en Rusia por el incremento en la producción clandestina de la droga.

Los patólogos forenses han detectado en los cadáveres de consumidores de krokodil mezclas inyectadas sin ningún proceso de purificación. Responsables de la producción de gravísimos daños a los tejidos humanos.

La mezcla también se acumula en las venas, ya que no logran disolverse completamente en la sangre. Estas acumulaciones necrosan los tejidos y se abren caminos hacia lugares distantes del cuerpo ampliando el daño causado.

El efecto del krokodil es muy efímero, mientras que el efecto de la heroína dura varias horas, esta droga dura entre 90 minutos y 2 horas, lo que induce a sus usuarios a inyectarse varias veces al día, aumentando el daño causado.

La muerte, finalmente, es la etapa final de los drogodependientes. La advertencia está escrita.

Alerta

Como vicepresidente de Comunicaciones y Relaciones Públicas de la Federación Dominicanas de Lucha Contra las Drogas, Inc.(Fedulucd), alertamos a las agencias antinarcóticos dominicanas y a las instituciones que luchan contra el flagelo de la adicción a los psicotrópicos, mantener el apego a la prevención y al uso de este mal social, igualmente a las familias dominicanas.

Agradecimiento a la artista y diseñadora gráfica, Melissa Reynoso Pérez, por sus aportes al desarrollo de este tema.

El autor es analista social y Geopolitológo.

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