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La ciencia debe responder a la ética

La ciencia debe responder a la ética

Por el doctor Orlando Gutiérrez Boronat

Es de vital importancia para el mundo que se comprenda que la capacidad organizativa y los adelantos científico-tecnológicos de Taiwán no pueden seguir siendo ignorados o subestimados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) por razones meramente políticas.

Especialmente, cuando Taiwán le ha demostrado al mundo como controlar y combatir al Covid 19.

Los hechos siguen siendo que la Organización Mundial de la Salud no ha compartido con sus estados miembros la valiosa información científica que ha proveído Taiwán.

 

A Taiwán aún no se le permite participar en la red mundial de alerta y de respuesta a epidemias de la OMS. Tendrá sentido esto en un mundo plagado por el coronavirus?
Es más, en los últimos 10 años, Taiwán ha aplicado para participar en 187 reuniones técnicas de la OMS, pero solamente se le ha permitido participar en 57, es decir, se le ha rechazado un 70% de las veces. Sobran ejemplos adicionales de esta discriminación contra Taiwán.

Si algo ha aprendido la humanidad en el siglo XXI es que el conocimiento científico tiene que estar por encima de la política y la ideología, pero nunca por encima de la ética.

El politólogo Pedro Isern, del Instituto CESCOS, de Uruguay, ha estudiado el fenómeno de la “Neutralidad Construida”. Esto se refiere al fenómeno mediante el cual sistemas políticos y burocráticos crean “sistemas de inacción”, es decir, elaboraciones para impedir acciones necesarias que sean moralmente correctas pero políticamente controversiales.

Lo que prima en los casos de “Neutralidad Construida” son “construcciones”: intereses burocráticos o institucionales sectarios a corto o mediano plazo impuestos a espaldas de realidades morales.

El choque entre lo absurdo de una medida burocrática que niegue la realidad y la necesidad real en cuestión, resulta no en evitar un conflicto, que es lo que se busca con la “neutralidad”, si no en agravarlo, al dificultar con la inacción construida la solución del mismo.

Esto es precisamente lo que estamos viviendo en relación con la capacidad y la disposición que ha mostrado Taiwán en contribuir a la lucha mundial contra el coronavirus.

La Organización Mundial de la Salud tiene que ser fiel a su imperativo moral de luchar por la salud mundial por encima de las diferencias políticas.

El gobierno de China debería evolucionar en igual sentido. Todas las naciones del mundo han heredado determinadas situaciones geográficas e históricas que por no ser óptimas para las razones de un estado, no dejan de ser reales. Unificar la comunidad mundial de la ciencia es menester ante la crisis que vivimos.

El Nacional

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