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La democracia posible

La democracia posible

Por definición obtenida, la democracia es el sistema político que defiende la soberanía del pueblo y su derecho a elegir y controlar a sus gobernantes.

El análisis de los tres conceptos contenidos en la definición que antecede nos indicara el nivel de calidad y desarrollo de esta. La interpretación del resultado podría ser subjetiva, atendiendo a los intereses que medien en el propósito. No obstante, siempre será conveniente que los ciudadanos ejerzan los derechos que ella les confiere. Veamos:

La defensa de nuestra soberanía: Vista a la luz de las batallas libradas para preservarla, ha sido históricamente exitosa. Sin embargo, la interacción cotidiana con nuestros vecinos de occidente revela cierto deterioro. Las razones son múltiples y diversas, van desde la porosidad de la frontera hasta la ausencia de un régimen ético para vigilarla.

El derecho a elegir a los gobernantes: Lo hemos ejercido con regularidad desde hace más de seis décadas, pero los procesos electorales han adolecido de ecuanimidad y transparencia en la administración de los sufragios en determinadas ocasiones.

Controlar a los gobernantes: Ha sido una labor fallida, pues, aunque existen los órganos Constitucionales “extra poder” para realizarla, el funcionamiento de estos ha estado mediatizado en cierta medida. Esto así, porque en ocasiones existen vínculos partidarios que entorpecen la aplicación plena de los preceptos consignados en la disciplina. 

No olvidemos que a nuestra democracia le precedió una larga dictadura de treinta y un años; eso explica de alguna manera, las dificultades que ha enfrentado para avanzar hacia su consolidación.

 Es importante considerar que, un país con una población de apenas algo más de tres millones de habitantes (1961), la influencia que tenían (y tienen todavía; aunque en menor medida), los personeros de tan prolongado oscurantismo, ha operado como retranca al afianzamiento democrático del país.   Como es sabido, toda obra humana es imperfecta; la democracia no es la excepción. Sin embargo, sus ejecutores (gobernantes y gobernados), disponemos de mecanismos que, si se aplican con apego a las leyes y reglamentos que los sustentan, los resultados serían muy diferentes.

Es imperativa la necesidad de mejorar el cumplimiento de los tres conceptos contenidos en la definición de la democracia, a fin de lograr materializar en alguna medida, el sueño de los fundadores de nuestra nacionalidad.  Esperemos.