Editorial

La dignidad de abril

La dignidad de abril

Después de 31 años de tiranía, los dominicanos formalizaron matrimonio con la democracia el 27 de febrero de 1963 cuando Juan Bosch se juramentó como presidente de la República, unión que fue interrumpida siete meses después por un golpe de Estado, que fue origen y motivo de la Revolución de Abril de 1965.

Ese movimiento cívico militar, del que ayer se conmemoró el 56 aniversario, tuvo el sagrado propósito de restaurar el espacio democrático cercenado dos años antes por élites militares, económicas, políticas y eclesiásticas, herederos de la satrapía.

Una joven oficialidad encabezó el movimiento de desplazamiento del gobierno del Triunvirato, pero mandos superiores de las Fuerzas Armadas objetaron el retorno a la constitucionalidad mediante el restablecimiento pura y simple del gobierno democrático de Juan Bosch.

Fue entonces cuando estalló una revolución democrática y popular con la participación de gente de clase media, trabajadores, oficiales y soldados, todos dispuestos a ofrendar su vida por una democracia que llegó a vestirse con el lino de una Constitución Política de las más avanzadas de América Latina.

Tanques, infantería ni bombardeos aéreos de las denominadas fuerzas regulares pudieron contener el ímpetu de un pueblo decidido a derrotar toda forma de opresión, corrupción y conculcación de derechos fundamentales.

Cuatro días después, el 28 de abril, cuando era palpable la victoria militar y política de los constitucionalistas al mando del coronel Francisco Alberto Caamaño, se produjo la grosera intervención militar de los Estados Unidos, que convirtió la insurrección cívico militar en Guerra Patria.

La lección más importante de tan memorable episodio histórico ha sido la de que el pueblo dominicano nunca más permitiría que la democracia sea cercenada por intereses retrógrados asociados con la conculcación de libertades, imposición de privilegios, miseria y marginalidad.

Una patria agradecida reverencia hoy a buenos y verdaderos dominicanos que ofrendaron sus vidas en aras del restablecimiento del matrimonio entre el pueblo y la democracia, así como a todos los que asumieron el compromiso patriótico de defender la constitucionalidad.

El Nacional

La Voz de Todos