Opinión

La gran lección

La gran lección

Se aguarda por el informe final de las autoridades en torno a las causas que provocaron la explosión que destruyó parte de las instalaciones de la industria Polyplas, con saldo de al menos siete personas fallecidas y más de cien heridos, desgracia que deja una gran lección.

Pese a que el Cuerpo de Bomberos adelantó que el accidente fue causado por el escape de un depósito de combustibles que hizo explotar una caldera encendida, las investigaciones dirán si la tragedia acaeció por alguna inobservancia, negligencia o si tuvo un origen fortuito, pero en todo caso, por su magnitud y gravísima consecuencia, ese suceso marca un punto de partida en término de revisión exhaustiva de todo el andamiaje jurídico referido a la seguridad industrial y del trabajo.

La economía dominicana se ha transformado desde un modelo sustentado en la agropecuaria a otro con gran participación de la industria, agroindustria y servicio, por lo que además de pequeños talleres en toda la geografía nacional operan naves industriales y de manufactura que emplean a decenas de miles de trabajadores.

A pesar de ese notable cambio en el modo de producción, el sistema de prevención de accidentes laborales, higiene y seguridad industrial, se mantiene como si la sociedad de hoy fuera la aldea de hace 25 años, con instrumentales jurídicos y técnicos que no alcanzan ni para evaluar un taller de zapatería.

La tragedia de Villas Agrícolas debería servir de gran lección para el Estado, Gobierno, empresariado, sindicatos, academias y propios trabajadores, compelidos a revisar, actualizar, aplicar y cumplir cabalmente con un nuevo régimen jurídico y operativo en el ámbito de la seguridad industrial y del trabajo.

Se admite que una desgracia como la acaecida en Villas Agrícolas puede ocurrir por circunstancias fortuitas y no por negligencia o inobservancia de procesos de prevención de accidentes industriales o laborales, pero es menester advertir que sucesos como ese pueden repetirse por ausencia de fiscalización y de control de un órgano público.

A partir de ese terrible accidente debe generarse en lo inmediato una efectiva voluntad y consenso entre Gobierno, empresariado y trabajadores encaminado a revisar leyes, normativas, decretos y procedimientos relacionados con la seguridad e higiene industrial y del trabajo. Esa debería ser la gran lección heredada de la tragedia de Villas Agrícolas.

El Nacional

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