Opinión

La Ideología del género  degenera la humanidad

La Ideología del género  degenera la humanidad

Persona humana: por la sola condición de serlo es digna y merecedora de respeto. Eso es lo fundamental, lo esencial. Los que somos creyentes sabemos que es por la filiación divina, por ser hijos de Dios.

La ideología que escinde a la persona humana la empobrece y achata. Para enseñar igualdad de derechos no hay que apelar a ideología de género: solo es necesario explicar el valor y la dignidad innata de toda persona humana desde la concepción, a pesar de su diversidad; y por tanto, el derecho a tener iguales oportunidades y ser tratado igual ante la ley. Son unos cínicos: quieren afirmar desde la ideología de género, el “derecho” de la mujer madre a disponer a voluntad de la vida de su hijo, para que esta pueda ser “verdaderamente igual y libre del “dominio patriarcal” #laideologíadegénerodegenera la humanidad. Es totalitaria y sanguinaria.

Desde la llamada perspectiva de género, para “desconstruir las relaciones sociales opresivas” y construir las relaciones igualitarias, es preciso garantizar dentro de los “derechos reproductivos”, el “derecho” a abortar. Se parte de la premisa falsa de que la maternidad esclaviza. Si el género es construcción social y el principio es la libertad, para ser tratados “igual”, todos los inventos, por absurdos o perversos que sean, concebidos como modelos de vida y familia, deberán ser validados.

En el fondo, el objetivo final es el control de las población, así como preparar las condiciones para la difusión de las biotecnologías de reproducción artificial. El ministro de Educación solo cumple la agenda que acordó el gobierno de Danilo con Brewster-USA y los organismos internacionales.

Están cumpliendo los pactos, eso incluye reducir influencia de las iglesias y los grupos nacionalistas. Hay que accionar legalmente contra decisiones inconstitucionales, más cuando se trata de principios y valores como la vida y la familia, o la democracia y las libertades, pero estemos claro, esta ofensiva solo se parara con acciones contundentes que sacudan la conciencia nacional.

Integridad demográfica de las naciones es tanto o más importante y digna de protección, que la integridad territorial. Los ataques a la primera son más sutiles e insidiosos. También, destruyen su identidad de valores, promoviendo la idea falsa que esa es la medida del avance o el atraso social.

¡Equivocado! Ningún padre tiene derecho a educar a sus hijos con una visión contraria a la naturaleza biológica del mismo. Está, por encima de todo, el interés superior del niño y los derechos de la sociedad a mantener sus valores y cultura dentro de términos de razonabilidad y equidad.

La discriminacion es fenómeno que se da en muchas esferas. La más frecuente es por apariencia o por vejez, sea hombre o sea mujer si hay “fealdad”, conforme a estereotipos dominantes de belleza, o se pasa de cierta edad se notan los efectos. Reconocer la persona humana es la gran prioridad.

Si la “democracia” dominicana se debilita, mucho tiene que ver con la tendencia de muchos a confundir libertad con libertinaje y obligaciones con dictadura. En el fondo hay un desorden organizado para que ganen los más inescrupulosos y audaces o los más ricos y poderosos.

El diputado José Laluz descubre su visión ideológica de corte materialista, en la que las relaciones entre hombre y mujer son de carácter mercurial. La violencia viene de la cosificación de las relaciones humanas. Ahí nunca se ve en la persona un ser valioso y digno en sí.

No sorprende que Matias Bosch se ponga al frente de la defensa de los programas de disolución social, que promueven los abanderados del nuevo totalitarismo de la ideología de género en la base de la política de género del Minerd.

Aunque parezca primitivo, ante la violencia contra la mujer debemos considerar una ampliación del derecho a ejercer la legítima defesa en favor de los padres y hermanos de las abusadas y desde luego, trabajar más con la familia como el cimiento fundamental del orden social.

El punto focal de las políticas públicas debe ser la familia, no el género, la integración, no el antagonismo, sustituir el Ministerio de la Mujer por el Ministerio de la Familia y el Bienestar Social, y desde luego, la diversión sana que merece fomentarse para contrarrestar el desborde de antivalores que inundan la comunicación.

El pacto para la Reforma Educativa (2014-2030) se firmó conteniendo la fórmula genérica de la ley. Después vino el libro Hablemos y mostró en forma contundente qué entienden esos grupos por “igualdad de género”. Tras Hablemos nadie puede alegar ignorancia, despelote.

Todo obra para bien: sin ese antecedente no hubiera el despertar y el alerta de hoy, se está librando una batalla decisiva por el alma y la conciencia de la nación y la humanidad.

El Nacional

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