Amnistía Internacional (AI) vuelve por sus fueros al incriminar a República Dominicana como un Estado que apadrina apatridia, penaliza el aborto, niega derechos a las mujeres, a la comunidad de homosexuales y persigue a haitianos por razones xenófobas.

En su informe anual sobre derechos humanos, esa entidad denuncia también supuestos atrasos de la ley para regularizar la situación migratoria de cientos de miles de haitianos, como si fuera posible resolver de un día para otro un problema recurrente que data de muchos años.

En cuanto a la acusación de que aquí se fomenta la apatridia, Amnistía Internacional parece reducir la magnitud de la infamia, al señalar que “muchas personas de ascendencia haitiana seguían siendo apátridas”, lo que dista mucho de “los más de 200 mil” ciudadanos que dijo en un informe anterior habrían sido despojados de su nacionalidad.

Es ese un informe plagado de inexactitudes, como el señalamiento de que la ley de reforma de la Policía estaría estancada en el Congreso cuando se sabe que esa institución y varias comisiones congresuales trabajan junto a entidades de la sociedad civil en el diseño de un nuevo modelo policial.
El colmo de AI es pretender incluir a República Dominicana en el grupo de países con estructuras estatales homófobas, al ofrecer la impresión de que el Congreso veta cualquier tipo de ley de protección a la comunidad LGBTI, lo que resulta falso de toda falsedad.

La otra infamia vertida en ese informe se refiere a la despenalización del aborto, que Amnistía Internacional coloca la prescripción constitucional sobre el derecho a la vida, como una violación a los derechos humanos, al exigir que la legislación adjetiva dominicana despenalice la interrupción del embarazo en cualquier circunstancia.

En ese escrito se ofrece la impresión de que aquí impera un estado policial con frecuentes crímenes de Estado y desapariciones forzadas, sin que sus redactores verifiquen si homicidios atribuidos a la Policía podrían ser ilegítimos o el curso que han tomado las investigaciones sobre tres casos de personas desaparecidas.

Amnistía Internacional persiste en consolidar un comportamiento infame contra República Dominicana, sobre cuyo honor y consideración vierte mentiras y afrentas, quién sabe con cuáles propósitos.