República Dominicana ha podido levantar su rostro y enfrentar sin sonrojo el recrudecimiento de una dilatada campaña de descrédito que ayer tuvo como escenario la Organización de Estados Americanos (OEA) donde se pretendió montar un paredón contra el gentilicio nacional.
Esta vez el pretexto ha sido la sentencia del Tribunal Constitucional que define y consolida el concepto de nacionalidad, que según Haití coloca en condición de apátridas a más de 200 mil hijos de haitianos indocumentados, mientras que el Gobierno de San Vicente y Granadinas denunció que ese fallo viola el principio de irretroactividad de la ley.
El doctor Ramón Pina Toribio, que encabeza la delegación dominicana, pudo desmontar el estimado alarmista sobre afectados por esa sentencia con la simple presentación de estadísticas que revelan que de casi 16 mil actas revisadas por la Junta Central Electoral desde 2008, apenas el seis por ciento fueron suspendidas por duplicidad, suplantación y otras irregularidades.
También reveló que de 42 mil cédulas canceladas por la JCE en los últimos cinco años, apenas 410 fueron por falso reclamo de nacionalidad, lo que demuestra que la denuncia del representante de Haití ante la OEA carece de asidero o veracidad.
Además de denunciar que la sentencia del TC viola la Carta de Naciones Unidas (ONU), el Gobierno de Haití ha pedido a la OEA que recomiende a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIHD) que encamine una investigación en República Dominicana sobre su desproporcionada queja.
Es por eso que se define como muy oportuna la advertencia dominicana de que el objetivo de la OEA no debe ser el de imponerle un modelo al país ni debe aceptar las presiones de grupos particulares que cuestionan la decisión soberana de una institución del Estado nacional.
La delegación dominicana pudo demostrar también que el Gobierno dominicano respeta los derechos de los inmigrantes haitianos, que el 18 por ciento del presupuesto del sector Salud es consumido por esa diáspora y que más de 15 mil estudiantes de ese país cursan carreras en universidades locales, sin que exista restricciones para acceder a la educación básica.
Con toda razón, el doctor Pina Toribio ha denunciado ante ese inquisidor foro que Haití ha dispensado un incomprensible trato hostil e injustificado que genera tensiones entre los dos países. Se resalta, asimismo que ante esta nueva campaña de infamia contra el gentilicio nacional, el Gobierno no ha ofrecido la otra mejilla.

