Opinión

La ruta de la necesidad

La ruta de  la necesidad

Confieso que me entristeció la historia del “control de ruta que quería imponer su ley, y lo mataron de dos balazos”. Vi a un hombre de 29 años en el suelo, y a la gente apresurada, caminando hacia su trabajo, y lo lamenté. Por él y por el sargento que tuvo que matarlo por abusador. Más allá del reportaje periodístico, está la tragedia de dos hombres sometidos a una extrema violencia: ganarse la vida en lucha feroz por una ruta.

Y más allá del reportaje, está la responsabilidad de los líderes sindicales en esta tragedia, porque la víctima pertenecía a la Federación Nacional de Transporte Nueva Opción, FENATRANO. “La nueva opción”, !qué ironía! Es la “Nueva Opción” la ley de la selva, cuyas únicas víctimas son los pobres?.
O, está la “Nueva Opción” luchando por un cambio politico en el país que permita que todo hom-bre, o mujer, popular tenga derecho a un empleo, salud, educación, una vivienda? A la paz cotidiana?
A quien habría que encarcelar no es al sargento Rubén Vásquez, sino a los dirigentes sindicales, sean o no de FENATRANO. Ya en un artículo anterior me refería a los llamados “Piches”, muchachos generalmente adolescentes, y hasta niños, prácticamente analfabetos, que se mueren muy jóvenes porque tienen que correr detrás de un cliente y competir con otros “Piches” por la presion de no se cual porcentaje, de los 25 pesos que se le pagan al chofer.

Lo trágico es que muchas de esas guaguas, o carros, están adornadas con imágenes del Che, con frases del Che, cuando el Che sería el primero en criticar el liderazgo choferil, porque no se ocupa de formar a su propia militancia, porque no crea programas de alfabetizacion, seguros de salud, facilidades de vivienda, centros recreación y atención infantil para los hijos de los choferes, los “Piches” y familiares.

Lo terrible es que mucha gente se ha alegrado de la muerte de Wilfredo Fernando Morillo, un hombre deshumanizado por la miseria que posiblemente fue “Piche” y que aprendió desde niño las leyes de la selva, en esta, una de la sociedad es más violenta del planeta.

Al liderazgo sindical, generalmente con los mismos orígenes proletarios, la misma incultura y la misma ignorancia, esa que piensa que las cosas se resuelven a puro machismo y testosterona, le recomiendo estudiar la historia del sindicalismo argentino para que entiendan por qué Eva Peron, esa “trabajadora sexual” que quería ser actriz, todavía hoy es una santa para los trabajadores.

Su éxito radicó en los programas sociales con que proteger a los trabajadores “descamisados”, no en la retórica barata y gastada de los discursos de barricada, exentos de praxis humanitaria.

El Nacional

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