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Lecturas de primarias

Lecturas de primarias

El debut en RD del método de primarias este día seis, convida a varias lecturas, la primera, que persiste la lacra del fantasma de irregularidades y desconfianza en los procesos comiciales que adquirieron vicios repugnantes en la Era de Balaguer (1966-1978), excluyendo 1966.

Segundo, la primicia de que el presidente de un partido político, el PLD, Leonel Fernández, fue marginado del apoyo del grueso de sus dirigentes y del sanedrín del todopoderoso Comité Político, que logró naufragar su candidatura presidencial 2020, por un torrente de recursos económicos que fluyeron como un alud, caso insólito, en un país insólito, conforme expresaba a diario que somos a sus contertulios el iluminado internacionalista Manuel Arturo Peña Batlle.

Tercero, inicia un engorroso como empinado proceso digno de reflexionar al tres veces presidente de la República, Leonel Fernández, si permanece en el PLD o defecciona, recordando que los que defeccionaron, Augusto Lora, Juan Bosch y Jacobo Majluta, se quedaron en el aire, auto excluyéndose para siempre de los procesos comiciales.

Cuarto, Leonel demostró ser el único líder de arraigo que tiene el país hoy, 2019, porque pese al marcado propósito del presidente Danilo Medina de políticamente desbancarlo y ahogarlo, logró 884,630 votos contra 911,923 de Gonzalo Castillo, una frágil, pírrica y costosísima diferencia de 27,293 votos, que no intencional, pagamos todos los contribuyentes al fisco.

Quinto, determina excluir del protagonismo presidencial al expresidente Hipólito Mejía, un resonante logro que consigue eliminar a un estorbo y desbarajuste político.

Sexto, demuestra que los 911,923 que votaron por Danilo Medina encarnado en su delfín Gonzalo Castillo, o fueron comprados, o son unos imbéciles, o no les importaron las graves lacras que arrastra este gobierno plagado de anomias en la deficiencia energética, auge pasmoso del crimen y el narcotráfico, desorden del tránsito vehicular, escandalosa, criminal e irresponsable deuda externa de US$44 millones, el ahogamiento del medio ambiente, los ensordecedores decibeles que denunciantes de corrupción como nunca en 175 años de historia republicana, gravísima deforestación, y destrucción del percolado de los afluentes por las granceras que operan impunes por el respaldo al candidato electoral oficial.

Séptimo, marca un paréntesis a cerrarse cuando Leonel decida permanecer en el PLD como un líder aún no vencido completamente, promoviendo de vice a su esposa Margarita con Gonzalo presidente, preservando así la precaria unión del PLD, y conservar el poder más allá de 2020, o se decante por desertar del partido donde políticamente se formó, formar tienda aparte, y postularse por un abanico de pequeños partidos, o apoyar a Luis Abinader con Margarita de vice, la más promisoria opción, pero nunca jamás abandonar al PLD, que sería el crepúsculo de su trascendente carrera política.

Octavo, refleja que Miguel Vargas, presidente del PRD, inequívocamente inclinó el conteo electoral aportando a Gonzalo medio millón de decisivos votos, y sin ellos, Leonel hubiese inclinado la votación a su favor, prueba que Miguel no gana hoy ni 2020 unas elecciones, pero las decide, resultando el más formidable aliado de Danilo.

El escenario político y electoral 2020 no será fácil ni para Danilo-Gonzalo, como tampoco para Leonel ni Abinader, coyuntura que impide a todos ni siquiera pensar hacia dentro en un seguro triunfalismo, que hoy por hoy, resultaría arriesgado, temerario, insustentable, aéreo e irreflexivo.

En ese areópago de coyunturas, como nadie en sus cabales sería capaz de agitar la bandera de cuadritos de un triunfo electoral, lo prudente es reflexionar y concertar, eliminando el factor emocional, que podría resultar frustrante para todos los actores y protagonistas.

Danilo-Gonzalo, afinando la estrategia de concertar con Leonel, conservando la unicidad, que ha demostrado la clave de conservar el poder, clave descaminada por la dividida oposición, que precisamente le ha distanciado por 20 años del poder.

Leonel aferrado a su proverbial serenidad y su iluminado juicio, que resultaron sus formidables aliados en tres justas comiciales, completado con su admirable fluente de erudición, evidencia de su formidable cultura.

Abinader, cauto ante el escenario político 2020, sus 283, 163 votos son importantes, porque fueron solo suyos, pero no determinantes, y para ganar se requieren de 2.5 millones de votos, precisando tributarios en potenciales aliados, planeando pescar no en río revuelto, sino en el delta de las diferencias en la acera frontal.

Amarrando alianzas para escalar la cima, sabiendo que los factores que le favorecen, empezando por cero rechazo, hartazgo manifiesto del PLD en un considerable porciento poblacional, intención de ese porciento de finiquitar la era del PLD de corrupción, impunidad, ausencia de normas de consecuencias, formaciones de fortunas indecentes que compiten con el empresariado privado, y las anomias descritas, que lacran y descalifican, como terribles anatemas, el cuestionable protagonismo político del PLD.

El Nacional

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