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Legisladores y legisladoras

Legisladores y legisladoras

Susi Pola

Hablar del aborto por causales, debe ser un tema necesario en los ámbitos del estudio y del ejercicio del Derecho y la Medicina, porque los argumentos en la legitimación de estas tres causas, no puede ser religioso, se trata de un problema legal y de salud en cumplimiento con los derechos adquiridos por la ciudadanía.

Las religiones, que tocan las creencias, se mueven en el espacio privado de las personas, donde se supone ellas deciden libremente, de acuerdo al “libre albedrío”, potestad espiritual del ser humano para obrar según considere y elija, una libertad que todos/as tenemos de decidir sin sujeción a presiones, necesidades ni limitaciones, ni a predeterminaciones divinas.

Como dice la Revista Chilena de Derecho, vol. 39 N° 2, pp. 325 – 369 [2012]: “En otras legislaciones, (refiriéndose a las justificaciones en el “estado de necesidad”), en la medida en que el sistema de indicaciones que ellas contemplan es mayoritariamente interpretado como un sistema de causas de justificación por estado de necesidad, consagrado en forma particular para el delito de aborto cuando éste se realiza por razones terapéuticas, eugenésicas, éticas, económicas, etc”.

En nuestro caso, la total penalidad del aborto, aunado a un ejercicio médico legal dicotómico y de doble moral, en el que el aborto se practicó desde siempre secretamente, con la anuencia de todas las autoridades, aun las más conservadoras y hasta las iglesias, hay una dificultad importante en reconocer las razones jurídico legales que son estado de necesidad, no solo en el aborto, también en otras muchas situaciones socio culturales en las que se usa el doble parámetro.

Somos una sociedad “maleada”, estropeada por la perversión y la corrupción política y de poder.

Cuando hablamos de “despenalización del aborto por causales”, nos referimos a situaciones de excepción o excepcionales frente a la ley, como sucede en los casos de legítima defensa, por lo tanto, la Constitución lo indica y permite su despenalización.

Y estamos tratando solo de tres causales, que por su evidencia razonable no debería dejar duda alguna, pero hay legislaciones –en la región, Bolivia- que amplían las causales reconociendo otras situaciones que también atentan a la dignidad y la vida.

Los/as congresistas que decidirán por todas las dominicanas, niñas, adolescentes, jóvenes y en edad de reproducir, no tienen derecho a condicionarlas a todas a sus propias creencias personales, porque su deber, no es trabajar para sí, si no, para el pueblo en su diversidad de ideas, creencias y situaciones.

¡Tienen que entenderlo si tratan de ejercer una buena política!

Por: Susi Pola
susipola@gmail.com

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