Libre Pensar Opinión

Libre pensar

Libre pensar

Oscar López Reyes

Antiguo archipiélago mediático

Cielo espacioso y despejado. Libre en la holgura para el desahogo peatonal turístico en un ambiente informal. Luz natural límpida y aire puro que reviven el espíritu, como las misas y conciertos, en el remanso de la historia y la reliquia arquitectónica. En su grandeza como primordial plaza capitalina, El Conde acopló un archipiélago de medios (1927-1990), que ya se mudaron o eclipsaron en el humo de la temporada, y en cuyos antiguos palacios hoy proliferan hoteles boutiques, bares y restaurantes con la más exquisita gastronomía criolla, y tiendas con souvenirs típicos para turistas, que se deleitan con el merengue y la bachata.

El matutino Listín Diario circuló en las inmediaciones de El Conde desde el primero de agosto de 1899, y la primera emisora, radiofónica HIX, “Antena del Nuevo Mundo”, fue inaugurada en 1928.

En esa vía, en las décadas de 1940/1990 exhalaron con sus talentos y cacúmenes creativos los más diversos instrumentos comunicativos: diez periódicos y revistas, 27 estaciones radiales, 22 agencias publicitarias, siete salas de cines, 11 imprentas/litografías, 18 librerías/bibliotecas, 9 centros de académicos, 11 casas disqueras y 2 agencias de relaciones públicas.

El Conde dejó de ser un semillero de la comunicación, rematada por el crecimiento metropolitano (las unidades productivas se trasladaron a zonas céntricas o construyeron sus propios inmuebles), su conversión en peatonal, en 1987, por el aumento de las unidades automovilísticas, que dificulta el estacionamiento en sus periferias, y la proliferación de gigantescas y modernas plazas comerciales en áreas de más libre acceso.

Los linotipistas e impresores se esfumaron, las cabinas radiofónicas se escurrieron sin avisos ni rastros, los creativos y hacedores publicitarios cargaron con sus barbas hacia otros litorales, las películas de vaqueros del viejo Oeste americano y las seductoras actrices de Hollywood, entre ellas las de James Bond, ya no se anuncian en las carteleras.
También se desvencijaron, en la tristeza del silencio, los discos de acetato (78 revoluciones por minuto), y de vinil o pasta conocidos como L.P. (long playing) sencillos (45 RPM) y de larga duración (33 RPM).

Sobreviven, como rastrojo y testimonio de una época fulminada por los cambios que devienen del girar de la tierra alrededor del Sol, puestos de libros usados, academias científicas y uno que otro centro de enseñanza.

Arrinconada y adoquinada desde 1990, la primera calle peatonal de Santo Domingo, El Conde, rejuvenece como un polo turístico prometedor, en la arcada de sus restaurantes, bares, hoteles, placitas, el soberano transitar de bicicletas, museos, establecimientos de comida rápida y artesanía. Este paseo vial laterá, en la prevaleciente exuberancia visual, en la envoltura de la correa y la hebilla espiritual, y en el escudo de la más lozana acrobacia en la cual se corean la súplica callejera y la emancipación redentora.