Opinión

Libre pensar

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Muros y países sin fronteras
Desde la antigüedad han sido edificadas fortificaciones para proteger territorios e impedir el cruce de guerreros, contrabandistas, inmigrantes ilegales, salteadores y terroristas, amparados en el dicho de que los buenos muros hacen buenos vecinos. El más simbólica es la Gran Muralla China, una de las siete maravillas del mundo, hoy patrimonio de la humanidad.

En el crepúsculo del siglo XX y el alba de la era XXI, 39 naciones han levantado verjas ultramodernas, con alambradas de altos voltios, campos minados, sensores para identificar huellas, radares y láseres de movimiento. Representan más protección y una mengua de las insostenibles cargas para los países receptores.
Basta citar los de Corea del Norte y Corea del Sur, España y Marruecos, Irlanda del Norte y Malasia, Irlanda y el Reino Unido, Chipre y Turquía-Isla Chipriota, Israel y Cisjordania, Egipto-Gaza, Irak y Kuwait, La India y Pakistán, Botswana y Zimbawe, Los Emiratos Arabes Unidos con Omán-Kuwait, Emiratos y Arabia Saudita, Afganistán y Pakistán, y Brunei y Malaya de Lindberth.

El más difundido ha sido el muro de tres mil 200 kilómetros que Estados Unidos levantó en su frontera con México, con 2 mil 400 millones de dólares, reforzado con detectores infrarrojos, cámaras, radares, torres de control y sensores de tierra, para impedir que a su territorio penetren indocumentados de México y Centroamérica. ¿Entraron los miembros de la caravana de este último territorio?.

Más o menos un 80% de los dominicanos, promediando los resultados de las encuestas realizadas por distintos diarios, favorecen un muro de hormigón u otros materiales en la frontera dominico-haitiana. No están incluidos empresarios que no piensan en la Patria sino en el lucro de la mano de obra haitiana, sociólogos que hablan de anacronismo sin enterarse que ellos sí los son, y oriundos anti-nacionales.

Los más sensatos respaldan la resonante sentencia 168-13 del Tribunal Constitucional, una efectiva política migratoria, el Plan de Regularización, el diálogo bilateral, la repatriación masiva de ilegales y empleos para los dominicanos, que sean socorridos por una muralla alta, con tecnologías, que sería levantada con un fondo especial para no recargar al gobierno.

Urge resguardar la frontera, que en sus 391 kilómetros en 1929 fueron colocadas 313 pirámides, pero una parte ha sido destruida, en tanto que Haití alzó un contrafuerte de 17 kilómetros en Elías Piña, para un control de Aduanas y obligar a que las mercancías paguen aranceles. ¿Cuáles voces rezongaron contra esta barrera?.

El muro será un contrapeso ante el Pacto Mundial sobre Migración o Pacto Global de Derechos de Alojamientos, la antesala macabra de la ONU-ACNUR-OIM para lograr hacia el 2030 naciones sin fronteras, que implica una fusión informal de la isla de Santo Domingo

El Nacional

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