Opinión

Libros y lecturas

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RD en Feria de Madrid

Justo cuando está en desarrollo una estrategia de comunicación contra la imagen de República Dominicana como nación receptora líder en turismo en la región del Caribe, se desarrolla la otra gran imagen internacional positiva que proyecta el país, es la que emana de la participación de cerca de 80 escritores y gestores literarios (oficiales y privados) que ha transformado la invitación oficial al país por parte de la 78 Feria del Libro de Madrid, en la gran plataforma que le ha transformado a muchos españoles, latinoamericanos y europeos, la imagen que tienen de este país.

La embajada dominicana en España inicio este proceso cuando logra en 2018, que esta nación participara como país participante con un grupo de 30 escritores y un programa de 59 actividades, y se trabajó y coordinó para que en 2019 fuéramos el país invitado de honor.

Desde el pasado 25 de mayo, cuando nuestro pabellón de país invitado fue inaugurado por la reina Letizia y hasta el 16 de junio, ha ocurrido un cambio de imagen de quienes visitan la Feria y el Pabellón Dominicano, adquiriendo cientos de libros de autores nacionales y participando en un programa de charlas, conferencias y paneles, que de modo ininterrumpido se ofrecen diariamente en este espacio.

La Feria del Libro de Madrid registra su primera entrega, celebrada en el Paseo de Recoletos del 23 al 29 de abril en 1933 para entonces muy pequeña con 40 casetas y apenas una semana de duración hasta 1936, se celebró la última de esa primera etapa por una circunstancia: la guerra civil española.
¿Cómo es la vida cotidiana de esta 78 Feria del Libro de Madrid?

Se abre en el Paseo de El Prado, un extendido parque que cruza la ciudad de Madrid, a las once de la mañana y se pausa a las dos de la tarde, para almuerzo, regresando a las seis de la tarde para permanecer abierta hasta las diez de la noche.

Todas las casetas de venta de libros, no importando  que se trate de una gran editorial o una pequeña librería, son exactamente iguales.

Todas las actividades, todas, están relacionadas con el libro y no hay cabida para nada más que no tenga una influencia o vertiente literaria. En el pabellón dominicano, hay montajes, cortos teatrales, pero basados en obras literarias dominicanas.

En la caseta dominicana hay dos grandes puntos de venta: la oficial con Valentín Amaro y Juan (La Trinitaria) con la oferta de la Editora Nacional y en la otra parte Isael Pérez, de Editora Santuario, que es la mayor empresa publicadora de literatura dominicana.

La cantidad de gente que acude impide recorrer rápidamente todas las exhibiciones. La oferta de libros es amplia. Todo se desarrolla en torno a la venta y compra de libros.

La delegación dominicana fue integrada sin ningún sentido parcial o sectario. La representación nacional es muy plural con intelectuales que representan todos los puntos de vista y estilos.