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Los haitianos deben permanecer en su territorio

Los haitianos deben permanecer en su territorio

Frontera RD-Haití

Por Andrés Fortunato Victoriá
andresfortunato48@hotmail.com |
Cuando el artículo 3 de nuestra Constitución nos habla de la “Inviolabilidad de la soberanía y del principio de no intervención”, y concluye diciendo que “El principio de la no intervención constituye una norma invariable de la política internacional dominicana”, en término figurado nos está diciendo, simplemente, que así como cada vida se desarrolla de manera individual en un solo cuerpo y debe respetar los derechos individuales de cada una de las vidas de los demás, así cada nación debe desarrollarse en el cuerpo que forman sus fronteras y respetar los derechos que internacionalmente le corresponden a las otras naciones.

Si una persona en particular se siente enfermo, por ejemplo, es esa persona que tiene que buscar la forma de curarse ¿Qué hace esa persona, si es adulta? Bueno, entre otras cosas va al médico, le dice donde le duele y, en fin, le explica cómo se siente.

Si el médico conoce bien su profesión, entonces le indica estudios de laboratorios que revelen la o las causas de la enfermedad que siente esa persona. Cuando la persona cumple las indicaciones del médico y obtiene los resultados, le recomienda un tratamiento. Si el tratamiento es correcto y la persona lo cumple fielmente, hay amplias posibilidades de curación. De lo contrario, la enfermedad se agrava, y hasta puede morir el paciente.

Así puede pasar con los países que tienen grandes enfermedades de carácter político, económico y social. Deben buscar la orientación de políticos (los políticos sabios, responsables y bien intencionados, que son muy pocos, deben actuar como médicos que curen al pueblo de la injusticia que han padecido), que conozcan las causas verdaderas de sus grandes problemas y lo ayuden a resolverlos en base a la implementación de principios éticos y morales.

Por ejemplo, ningún político serio de Haití debe decirle a esa mayoría de compatriotas que están pasando grandes necesidades, que la solución de sus problemas está en ocupar la parte de la isla que pertenece a la República Dominicana. Eso lo hacen muchos políticos haitianos, para ganar puestos electivos o nombrados y hacerse millonarios en base a la corrupción y el oscurantismo de su pueblo.

Deben decirles, por ejemplo, que es un error que crean, que desde que Toussaint Louverture nos invadió el 26 de enero de 1801, sobre la base del Tratado de Basilea del 22 de julio de 1795, a la fecha, la República Dominicana les pertenece. Eso es falso.

El pueblo haitiano debe despertar y saber, que las tierras que ellos ocupan fue el resultado, entre otras tantas cosas, de la debilidad militar de los españoles que nos ocuparon desde el 1492, los cuales durante los años 1605 y 1606 cometieron el error de hacer la llamada devastación de Osorio, trayendo parte del ganado que había en la parte Oeste de la isla que hoy ellos ocupan.

Deben saber, que después cometieron otro error aún más grave, desalojar la isla Tortuga después de haberle ganado la batalla en 1665 a Penn y Venables, aduciendo que había que fortalecer militarmente la parte oriental de la isla. Fue desde ahí que los franceses comenzaron a ocupar la desolada isla Tortuga, pasando luego a la parte Oeste donde está hoy Haití.

Es mucha la historia que hay que contar, pero son más las razones que tenemos como pueblo de defender lo que siempre nos ha correspondido.

Tienen que decirle al pueblo haitiano que no conoce su historia, que después de nuestra independencia, vencimos las tropas haitianas en todos los intentos de reconquistarnos de 1844 a 1856. Y que hemos combatido desde que los caciques Caonabo y Guarionex destruyeron el Fuerte de la Navidad, construido en el primer viaje de Colón, hasta que los americanos nos invadieron en 1965.

Los políticos haitianos que le digan la verdad a su pueblo. Que debemos superar nuestros grandes males, siendo solidarios y respetuosos, pero cada uno dentro de sus fronteras. Que no se dejen engañar y… punto.

El Nacional

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