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Los talentos emergentes de la pasarela parisina miran ya al posapocalipsis

Los talentos emergentes de la pasarela parisina miran ya al posapocalipsis

París (EFE).- Si se dice que la moda vive seis meses por delante de la sociedad, los talentos emergentes de la industria han decidido acelerar el ritmo y plantear en París cómo será la ropa en el futuro, en una premonición de tendencias un tanto apocalíptica.

Los cinco creadores encargados de abrir la Semana de la Moda de París, donde las presentaciones y desfiles se sucederán hasta el próximo martes 5 de octubre, son algunas de las promesas más notables de la pasarela internacional. Entre ellos, el austriaco Kenneth Ize, de origen nigeriano, que está revolucionando los códigos parisinos introduciendo tejidos artesanales y estampados africanos en siluetas occidentales.

En esta colección, la mezcla dio lugar a camisas masculinas ultracoloridas, vestidos fluidos con flecos y faldas asimétricas que se llevan retomando la inspiración Masai. Ize, que se hizo un hueco en París tras quedar finalista en 2019 del premio LVMH, fue el primero en desfilar de manera presencial -y el único que lo hizo este lunes- en la que es sin duda la Semana de la Moda más “normal” del último año y medio- los encuentros presenciales vuelven a ganar terreno en esta edición tras varias temporadas marcadas por la virtualidad. Pero la propuesta más arriesgada del día fue la diseñadora francesa Marine Serre, un talento que recolecta fans con fuerza gracias a sus colaboraciones con estrellas del pop, su apuesta por el estilo urbano y su visión ecológica.

La colección fue creada en un 90 % a partir de materiales reciclados, como trapos de cocina, recortados y cosidos para dar forma a trajes y blusas; tenedores reconvertidos en joyas y pañuelos usados en vestidos, entre otros. Serre lidera hoy esta marca independiente con una visión muy alternativa del futuro, que se refleja en unas creaciones y una estética con un punto tenebroso.

El vídeo que ideó para mostrar su nueva línea, difundido a través de sus redes y en la plataforma oficial de la Federación de Moda y Alta Costura, organizadora del evento, apostó por una estética totalmente posapocalíptica. En él, un grupo de personas parecen haber sobrevivido al fin de la humanidad.

Todos viven en el campo y realizan tareas domésticas como hacer pan y preparar pasta a mano, mientras algunos recolectan las uvas, preparan vino y otros se ven obligados a comer algo parecido al petróleo.

Las mallas con las que ha vestido a Beyoncé o a Rosalía ahora se reinterpretan con estampados efecto “patchwork” así como los trajes de noche y los vestidos, hechos a base de jirones de camisetas de algodón de publicidad.

RETRO-FUTURISMO

Serre no fue la única en tratar de imaginar la ropa del futuro de forma un tanto excéntrica- el joven parisino Victor Weinsanto empieza a perfilarse como un digno heredero de Jean-Paul Gaultier -con quien trabajó durante dos años- con sus estilismo inspirados en el cabaret y sus creaciones “retro-futuristas”, como él las define.

Weinsanto se valió de un escueto vídeo ambientado en una sala de baile para mostrar sus vestidos de satén con volúmenes, gabardinas brillantes con corte asimétrico y vestidos de tul con alas y largas colas. El negro se combina con rosas y violetas metalizados, a juego con las aplicaciones de cadenas metalizadas que decoran vestidos y accesorios.

Este lunes fue también el turno de las marcas emergentes Wataru Tuominaga, que volvió a inspirarse en el manga para sus sudaderas con estampados gráficos y sus polos extragrandes para mujer y hombre, y Heliot Emil, que ve el futuro con tops ajustados, pantalones de cuero y vestidos asimétricos en blanco y negro decorados con arneses y cintas de cuero.

La pasarela parisina continúa este martes con los desfiles de Dior y Saint Laurent, dos de las principales casas de moda de la capital francesa.

El Nacional

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