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Mariposas eternas

Mariposas eternas

En memoria  a estas valientes hermanas, cada 25 de noviembre se conmemora el Día Internacional de la No Violencia Contra la Mujer. Esto fue establecido en el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe celebrado enColombia en el año 1981

Patria, Minerva y María Teresa Mirabal fueron tres mujeres de Ojo de Agua.

Las hermanas Mirabal son también conocidas y representadas como las «Mariposas», por ser este el nombre secreto de Minerva en sus actividades políticas clandestinas en contra de la tiranía Trujillista. Años más tarde, Pedro Mir (poeta nacional dominicano) utilizó este nombre en su poema «Amén de Mariposas» donde expresa la tragedia que fue el asesinato de las tres heroínas.

En esta década, la destacada escritora Dominico-Americana Julia Alvarez titula su novela basada en la vida de las hermanas Mirabal,

En el tiempo de las mariposas. Publicación que establece todavía más la representación de las hermanas Mirabal como las Mariposas.

 La historia cuenta que la desgracia de esta familia frente al Trujillo comenzó

en junio de 1949, Minerva y sus padres, invitados por las máximas autoridades de su provincia, asistieron a una fiesta ofrecida en Santiago en el Palacio de la Gobernación en honor al dictador Trujillo, que marcaría el inicio del rumbo trágico para toda la familia: Trujillo conoció a Minerva Mirabal y se sintió atraído por su belleza.

Ya en ese momento Minerva había conocido al joven dirigente comunista Pericles Franco, uno de los fundadores del Partido Socialista Popular, quien había estado en la cárcel varias veces, y con quien estableció amistad tan íntima, que mucho sospechaban que sostenían relaciones románticas.

A los pocos días después que Trujillo fijó sus ojos en Minerva, de nuevo la familia Mirabal recibió, a mediados de agosto, otra invitación del gobierno, esta vez para que asistieran a la fiesta de inauguración del Hotel Montaña, en Jarabacoa.

En esa oportunidad el dictador y su hijo Ramfis bailaron con Minerva. Trujillo aprovechó la ocasión para demostrar con galanterías su atracción hacia ella, conducta que no fue del agrado de la joven y por tal motivo dejó de bailar.

 El 12 de octubre de ese mismo año, día del descubrimiento de América, con el supuesto propósito de homenajear a la sociedad de la provincia Espaillat, Trujillo organizó una nueva fiesta a la que invitó a la familia Mirabal, la cual fue efectuada en “Villa Borinquen”, lugar de descanso del tirano situado en las cercanías de San Cristóbal.

La invitación la llevaron personalmente a la residencia de la familia de la heroína, el Gobernador de Moca, Antonio De La Maza y el Senador de la provincia, Juan B. Rojas, clara señal del notable interés que tenía Trujillo de encontrarse de nuevo con Minerva.

La trama

El 18 de mayo de 1960, las hermanas Minerva y María Teresa habían sido juzgadas en Santo Domingo, al igual que sus esposos, por atentar contra la seguridad del estado dominicano.

Se les declaró culpables y fueron condenadas a tres años de prisión, inmediatamente todos comenzaron a purgar sus penas, pero ellas no durarían mucho en la cárcel.

En un gesto extraño el 9 de agosto y por disposición expresa de Trujillo, Minerva y María Teresa Mirabal fueron puestas en libertad, sus maridos sin embargo continuaron en prisión.

Estas disposiciones de Trujillo tenían doble propósito, por un lado pretendía demostrar su «generosidad», por el otro les daba la libertad a aquellas personas a quien él quería seguir hostilizando, este último era el caso de las Mirabal.

No bien habían pasado un par de semanas de la libertad y ya existían informes sobre reuniones secretas contra el régimen encabezadas de nuevo por las Hermanas Mirabal esto, sumado a las presiones internacionales entre muchas cosas por el atentado en Venezuela contra el Presidente Rómulo Betancourt, por el que la OEA sancionó al estado dominicano con rompimiento de relaciones diplomáticas y económicas y la creciente caída de los diferentes regímenes dictatoriales en América Latina y en medio de un informe que inició de nuevo con los pasos que daban estas mujeres rebosó la copa de la tolerancia de Trujillo quien le ordenó al General Pupo Román un plan para desaparecer definitivamente a las Hermanas Mirabal. Recomendándole usar al SIM para su ejecución.

La primera medida que tomó Pupo Román fue el traslado de los presos a la cárcel de Salcedo, al parecer aparentando benevolencia, pues de este modo no tendrían que realizar largos viajes a la cárcel de La Victoria, que era donde cumplían sus penas los esposos, en verdad esto era el inicio de la capitalización del plan para la eliminación de las hermanas Mirabal.

El general Pupo Román, cumpliendo las orientaciones del Generalísimo dejó en manos del SIM (Servicio de Inteligencia Militar) a la sazón dirigida por el capitán de Corbeta de la Marina de Guerra mayor Cándido Torres Tejada, quien había sustituido al siniestro Johnny Abbes, que se encargaba en ese momento de dirigir la campaña contra la Iglesia y a la emisora Radio Caribe

 En verdad Abbes seguía dirigiendo con sus ideas y tras bastidores al organismo opresor , para dar cumplimiento a la orden, Torres Tejada se dirigió a Santiago y le dio las instrucciones al jefe del SIM en la zona norte , el entonces teniente Víctor Alicinio Peña Rivera y según escribe en su libro el propio Peña Rivera, éste le expuso el plan de la siguiente manera: «Vengo de parte del ministro de las Fuerzas Armadas, general Román, para que dispongas el traslado a Puerto Plata de los esposos de las Hermanas Mirabal, la justificación del traslado será el descubrimiento de armas clandestinas dirigidas al movimiento que ellos encabezan, la idea es que ellos nos ayuden a determinar si las personas apresadas las pueden identificar como miembros del movimiento, una vez terminado esto les puedes decir que serán regresados a Salcedo de nuevo.

Una vez trasladados les prepararás una emboscada en la carretera a las Hermanas Mirabal, deben morir y se simulará un accidente automovilístico, ese es el deseo del jefe».

El cabo policial Ciriaco de La Rosa llegó a los cuarteles del SIM en Santiago para cumplir con el plan, solicitó cuatro agentes y un vehículo.

  Peña Rivera asignó a Alfonso Cruz Valerio, Emilio estrada Malleta, Néstor Antonio Pérez Terrero, y Ramón Emilio Rojas Lora.

El Nacional

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