La muerte de Juanita, la manatí que en diciembre de 2020 fue liberada de su cautiverio por el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, se agrega a la conmoción que embarga a la sociedad por la creciente ola de violencia. Juanita, Pepe y Lupita se convirtieron en parte de la familia desde que fueron sacados del Acuario Nacional para su hábitat natural.

La gente los visitaba en el río Isabela para contemplarlos y seguir su evolución. El sábado en la tarde se recibió la triste noticia de que Juanita, que se desplazaba por la zona sin mayores dificultades y era también observada por técnicos de Medio Ambiente, había sido encontrada muerta.

Muchos han lamentado la muerte de la manatí como la pérdida de un ser querido. Los tres manatíes eran valorados como mascotas familiares. Por la falta de piedad y pérdida de razón que con frecuencia asoman en la sociedad no dejó de pensarse que Juanita pudo ser víctima de la violencia.

Sin embargo, la comunidad científica ha determinado que Juanita no sufrió golpes ni tenía signos de violencia. Su deceso se produjo a causa de un infarto fulminante y una obstrucción en la arteria pulmonar. Lo que ahora se trata de determinar es la causa del infarto.

Tras la pérdida de Juanita, Pepe y Lupita merecen la mayor protección tanto de las autoridades como de todos los sectores.