La crisis en el suministro de agua, agravado estos días a causa de la sequía que sufre el territorio, torna más compleja la lucha contra la pandemia del coronavirus. Es tan precario el servicio de agua potable, que el déficit en la producción se elevó a 98 millones de galones diarios. La escasez del líquido ha colocado al país ante una verdadera emergencia sanitaria. El confinamiento para contener la expansión del coronavirus resulta más traumático con la escasez de agua potable que se sufre en hogares del Gran Santo Domingo. Vecinos de los barrios han vuelto con los envases a cargar agua de cualquier lugar, obviando las recomendaciones sanitarias, para satisfacer necesidades. La crisis no es exclusiva de los barrios populares, sino prácticamente de todos los sectores. Hay familias que alegan llevar dos y tres semanas sin recibir el líquido en cantidad suficiente como para cumplir con las labores hogareñas. En Los Prados se han quejado de que la poca cantidad que se recibe ha llegado hasta con heces fecales. El caso constituye en la actual coyuntura un verdadero desafío para las autoridades. Ante la emergencia que vive el país los ministerios de Salud Pública y Medio Ambiente, así como la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (Caasd) deben redoblar sus esfuerzos para paliar una escasez que puede agravar el problema sanitario.