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El yate Flying Fox

El caso del yate Flying Fox, retenido en el puerto de Santo Domingo, se torna más complejo con los allanamientos efectuados por la Procuraduría General de la República (PGR) a instancias de Estados Unidos por supuesto tráfico de armas y lavado de activos. Las autoridades no dijeron qué encontraron en las requisas.

En principio se sospechaba que la lujosa embarcación, propiedad, según la revista Forbes, del oligarca Dimitri Kamenshchik, era una de las naves rastreadas como parte de las sanciones a Rusia por su invasión a Ucrania.

Kamenshchik es, según la publicación, el propietario del aeropouerto Domodedovo, Moscú. La presencia del yate en el puerto Don Diego ha despertado la curiosidad de la gente. Y tras el allanamiento más conjeturas.

Funcionarios como el ministro de la Presidencia, Lisandro Macarrulla, la han visitado no se sabe con qué propósito.

El allanamiento de la Procuraduría a petición de Estados Unidos confiere otro giro a un caso que no acaba de despejarse.

La nave, según la Armada, ancló en el muelle con todos sus papeles de navegación en regla. Tras el allanamiento hay más expectativas sobre la nave.

El Nacional

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