Las más de 650 mil personas que han perdido la vida a causa del coronavirus es una catástrofe que torna más urgente las investigaciones para probar una vacuna para prevenir la enfermedad. No hay actividad que hoy no haya sufrido las consecuencias de la pandemia que últimamente se ha recrudecido con más letalidad. Hasta juegos de la recién inaugurada temporada de Grandes Ligas, que se celebran sin fanáticos en los estadios, han tenido que suspenderse por el contagio de los peloteros. El panorama es tan grave que países como Italia y España han tenido que reimponer la cuarentena que habían levantado en forma gradual ante un repunte de los casos. El drama que se vive en todas partes, República Dominicana incluida, demanda de los grandes laboratorios y las potencias acelerar los esfuerzos para encontrar la vacuna contra la enfermedad, a fin de evitar más muertes y retornar a la normalidad. Hay mucha esperanza en pruebas de farmacéuticas como la estadounidense Moderna, que el lunes empezó la fase 3 de un ensayo experimental. El Gobierno ha apostado a la vacuna con sustanciales aportes financieros a la compañía. La incógnita, sin embargo, se presenta en si la vacuna será asequible hasta para las personas más carenciadas. Pero lo importante será siempre que se encuentre el fármaco que devuelva la salud a la gente y termine con la ansiedad provocada por la enfermedad. En manos de los grandes laboratorios y las principales potencias está ahora mismo el destino de un elevado número de personas.
