Ernesto Guerrero
Gustavo Montalvo es uno de los pocos funcionarios honestos y trabajadores con los que cuenta este gobierno. Austero, poseedor de una sólida formación académica, y fiel seguidor de los postulados de Bosch. En un acto protocolar, la Universidad Pedro Henríquez Ureña reconoció sus “ingentes esfuerzos” en la creación, implementación y desarrollo progresivo del Sistema Nacional de Atención a Emergencias y Seguridad (911).
Para nuestra satisfacción, hoy podemos decir que el 911 constituye un medio confiable y seguro para evitar crímenes, delitos, urgencias médicas, incendios etc. En sus inicios, teníamos dudas sobre su eficacia, pero con el tiempo hemos visto con asombro como 15 instituciones de auxilio, coordinan para ofrecer una respuesta inmediata las 24 horas al día, los 365 días del año.
A partir de su puesta en funcionamiento en el 2014, el sistema se ha expandido a unas 15 provincias, con una cobertura del 68% de la población. Se han recibido un total de 11 millones de llamadas, de las cuales más de un millón y medio son por emergencias médicas; 200 mil por denuncias de ruido; 58 mil casos de violencia doméstica y 28 mil llamadas de incendio.
Montalvo representa la cara amable del Gobierno, nunca lo hemos escuchado haciendo declaraciones destempladas o subido en una patana haciendo política. Por desacuerdos con decisiones presidenciales, renunció al gobierno de Leonel Fernández en 2005. Más recientemente, fue severamente criticado por los Vinchos, por su posición respecto a la controversial sentencia TC/168 del Tribunal Constitucional.
Ha estado junto a Danilo, desde la fundación del PLD, y este lo ha privilegiado nombrándolo como ministro de la Presidencia y desde allí ha jugado un papel de primer orden en las políticas y proyectos programáticos. Fue el principal protagonista en las re-negociaciones con la Barrick Gold, además gerencia y supervisa proyectos prioritarios de la Presidencia como el Sistema 911; Quisqueya Aprende, etc.
Montalvo nunca ha sido vinculado en actos de corrupción, ni de nepotismo, y según su declaración de bienes, no ha acumulado riquezas. Su dedicación a proyectos exitosos lo hacen más que merecedor de esa distinción. Aunque presumo que actuó cándidamente cuando a principios de año dijo que Danilo no se iba a reelegir y que el candidato sería una persona de la nueva generación.
