En lo que el presidente Luis Abinader gestiona en Naciones Unidas (ONU) una salida al conflicto generado por la construcción irregular del lado haitiano de un canal de riesgo en el río Masacre, el Gobierno está compelido a atender los problemas económicos que se derivan del cierre indefinido de la frontera.
Como consecuencia de la suspensión del comercio intrafronterizo quedaron varados grandes inventarios de productos de origen agrícola, industrial y agroindustrial que serían exportados a Haití, como huevos, arroz, pollo, harina de trigo, enlatados, plásticos, lencería, tejidos, T-Shirts y cemento.
Al mercado haitiano también se exportan barras de hierro y acero, aceite de soya, galletas dulces, cajas de papel o cartón, vajillas y utensilios para la cocina, entre otros productos de difícil colocación en un abarrotado mercado interno.
El Gobierno ha prometido acudir en auxilio de pequeños y medianos productores y exportadores con la adquisición de lotes de productos perecederos, como huevos y pollo, aunque el ministro de Industria y Comercio ha pedido paciencia a los fines de identificar mecanismos de compensación.
No resulta fácil colocar en el mercado local más de un millón de huevos diarios, cantidad que se exporta a Haití, porque el exceso de oferta disminuiría los precios a niveles ruinosos para los productores, y porque el Instituto de Estabilización de Precios (Inespre) carece de capacidad de almacenamiento y mercadeo.
Identificar otros mercados para la oferta exportable, cuyo valor supera los mil millones de dólares al año, requiere de tiempo y gran empeño, aun sea para productos como huevo y pollo, por lo que el conflicto fronterizo crea el dilema de que Haití desearía importar, pero dominicana no puede exportar.
La interrupción del comercio con Haití, sin negar su pertinencia, impediría que el crecimiento de la economía se sitúe a final de año sobre la meta de 3.5 % en proporción al Producto Interno Bruto (PIB), aunque se da por seguro que la inflación estaría en el rango de 4+-1.
Mientras el hacha va y viene, el Gobierno tendrá que lidiar también con alzas en el precio del petróleo, que ayer llegó a 92 dólares el barril, además del déficit en el suministro de energía eléctrica, incremento de la deuda y del déficit fiscal. Las plegarias van dirigidas a que el presidente Luis Abinader retorne de Nueva York con una solución digna y decorosa que ponga término al conflicto con Haití.