Mientras la seguridad imposibilita el trabajo, permite aglomeraciones de personas. Guillermo Burgos
La seguridad del presidente Luis Abinader, perteneciente al Cuerpo de Seguridad Presidencial (Cusep) y de la Guardia Presidencial, continúan haciéndole la vida imposible a los periodistas asignados a esa fuente.
El hecho más reciente ocurrió ayer en Boca Chica cuando una capitán de apellido Jerez intentó sacar por la fuerza a la periodista del Listín Diario Rosmery Méndez, de un área donde protestaban los propietarios de Jetski, que reclamaban al mandatario que los dejen trabajar.
Igual situación ocurrió con el grupo de reporteros que cuando quiso desplazase al lugar de la protesta y fueron impedidos por los militares, lo que originó una discusión entre éstos y los reporteros.
Los propietarios de jetski en la playa de Boca Chica denunciaron que llevan más de un año sin que el Ministerio de Turismo les permita trabajar y querían poner en conocimiento de la situación al presidente Abinader.
La situación se tornó tan difícil que al periodista Johan Vargas, del periódico El Día, varios militares trataron de enfrentarlo cuando quiso ir a cubrir la protesta.
Los militares limitan el desplazamiento de la prensa en cada acto que asiste el presidente al extremo que cuando los periodistas ocupan la tarima se les impide bajar. Sin embargo cuando el Presidente se compenetró con los que protestaban los militares no hicieron ningún cordón de seguridad.
Los militares asignados a la seguridad presidencial se creen que están manejando un cuartel policial porque en ocasiones colocan un oficial al pie de la escalera para no dejar salir a los periodistas mientras el presidente Abinader permanece en el lugar.
Los reporteros que cubren diariamente la fuente del Palacio Nacional y los viajes del mandatario costantemente son asediado por los militares para impedir su desplazamiento en busca de la noticia.
