El muro está en planificación, usted sabe que eso es un proceso que tiene que ir de presentación y licitación y después se determina la mejor propuesta, pero ya eso tiene su presupuesto asegurado.” Tan contundente respuesta del Presidente fija el deseo de obrar contra toda esa conspiración de arruinar la estabilidad del pueblo y Estado dominicanos.
La posibilidad entrevista es de un cambio bajo su impulso en la que la palabra gana la seguridad de cumplimiento por lo reiterativo que ha sido en denunciar el perjuicio que lleva el decaimiento de la vigilancia fronteriza.

Merece todo nuestro apoyo para neutralizar a los que pretenden justificar saturación migratoria con el argumento de que “los hemos traído nosotros”, por aquellos trabajadores contratados para el corte de la caña. Pero los cientos de miles de parturientas, pedigüeñas, buhoneros que sobrecargan hospitales, escuelas y todos los servicios creando una comunidad de sobrevivencia y descomposición social (barrios hacinados, tugurios…), ¿se debe a ello? No, simplemente la falta de repatriación efectiva que es el complemento al muro.

Esto ha venido agravando la obligación del Estado, y más: cuando probadamente existe un interés geopolítico de hacer desaparecer la soberanía irrespetando afanes tan agotadores para preservar la nación que nuestros héroes y heroínas entregaron, y no merezcan ser compensados con el respeto a sus memorias!

Contra esa felonía de pretender hundir en el peor de los naufragios la Nave de Febrero es para lo que sirve la valla; es un muro operativo, restrictivo y regulador contra todo lo clandestino, que no simboliza un telón anti-negro, psicológico, ni sanitario, ni económico, ni sociológico, por tanto, no es un muro discriminatorio, sino legal; la línea no es divisoria, sino fronteriza, pero eso sí, disuasiva. Ojalá no termine en una oferta para edificar el poder sobre las ruinas de la República.

Po: Manuel Fermín

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