Que pena nos da la falta o ausencia absoluta de memoria, que tienen los sectores más representativos del pueblo dominicano; nunca hemos podido olvidar cual fue el papel de la cobarde y abusadora Organización de Estados Americanos,(OEA), en abril y mayo de 1965, cuando dio validez y autorizó una intervención militar del gobierno de los Estados Unidos de América, entonces bajo la presidencia de Lyndon Johnson, a partir del 28 de abril de ese año inolvidable, cuando en un gesto reconocido y admirado por la inmensa mayoría de los pueblos del mundo, el pueblo dominicano, bajo la dirección militar de oficiales heroicos de las Fuerzas Armadas Dominicanas y de la Policía Nacional, iniciaron un Movimiento que pedía el retorno a la Presidencia de la República, del Gran Maestro Político Dominicano y de América el Profesor Juan Bosch.

Nuestro pueblo, ha demostrado desde sus orígenes, que es valiente, heroico, firme y que ha sabido pagar a través de más de 500 años, con una apreciable cantidad de mujeres y hombres que han entregado sus vidas en defensa de su independencia, su soberanía y dignidad. La mal llamada Organización de Estados Americanos, (OEA), no se ha borrado de nuestra memoria cuando quiso legalizar ese atropello, con el voto de un traidor que se llamaba José Antonio Bonilla Atiles que no representaba ningún gobierno dominicano y que dio su consentimiento, a esa traición que quedó inscrita en el recuerdo de nuestro pasado como una agresión ofensiva, auspiciada por el gobierno estadounidense que encontró también el apoyo de otro gobiernos de Hispanoamérica.

Ni los gobernantes de Estados Unidos, ni los que integraban la OEA, en el orden mayoritario, conocían el viril permanente y digno de este pueblo, que bautizó como “Pueblo Legendario, Veterano de la Historia y David del Caribe”, ese gran líder que se despidió hace años del pueblo cubano y de los pueblos del mundo, dejando el recuerdo de su patriotismo, valentía y dignidad que se llamó Fidel Castro Ruz. Hablar de la OEA, para que venga a intervenir en el grave problema que tenemos frente al pueblo haitiano, que no es patria, ni Estado organizado sino pura y simplemente un “Conglomerado Humano”, como lo bautizó Juan Bosch. Es una falta de respeto que personas de la vida pública e intelectuales dominicanos estén recomendando que la depravada y corrompida OEA, sirva como intermediaria en este grande problema que tenemos con los haitianos que estamos obligados a compartir con ellos la isla de Santo Domingo.

Valentía, Firmeza, Paciencia, y actividades de ejercicio y de unidad, con la decisión de estar preparados con las mejores condiciones para enfrentar en cualquier momento una agresión, preparada y maliciosa, apoyada no solamente por esos gobiernos americanos y europeos, que el objetivo real que persiguen la unificación de esta isla legendaria a quien el destino le deparó la presencia compartida, que no es más ya que un escenario carente totalmente de ríos y de lluvias y áreas agrícola, para producir alimentos para una población de mas de 10 millones de habitantes: “Ningún pueblo ser libre merece, si es esclavo indolente y servil”. Así reza una línea de ese canto hermoso, inolvidable, valiente, que es descripción verdaderamente real de la Patria Eterna e Inmortal de los dominicanos.