Reportajes

Ocupación y libertad en Santo Domingo

Ocupación y libertad en Santo Domingo

República Dominicana presenta como dato histórico único que su proceso de independencia se realizó contra un país americano (Haití), además de las luchas que tuvo que librar con grandes potencias europeas

erwin cott

erwincott1@gmail.com

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El urbanismo, según nos dice el Diccionario de la Real Academia, es el conjunto de conocimientos que se refieren al estudio de la creación, desarrollo, reforma y progreso de los poblados en orden a las necesidades materiales de la vida humana.

Como todo buen diccionario, hace una descripción genérica sobre un objeto, un conocimiento o un proceso en la vida de los conjuntos humanos, pero si quisiéramos conocer la multiplicidad de factores que definen las vidas de los pueblos y sus huellas urbanas, por necesidad tendríamos que conocer las incidencias que fueron produciendo la fisonomía urbana y humana de las ciudades.

El siglo diecinueve en la historia de la isla de Santo Domingo es uno de los períodos históricos que alteró el acompasado ritmo de vida de la isla. Este siglo comienza en 1801 en los albores de un período calendario de tiempo, sumido en el caos social, la confusión política, la ruina económica y, sobre todo, un gran desaliento embargaba a la población, no sólo por las devastaciones de Osorio que cambiarían el perfil de vida y ocupación de toda la isla.

A todo esto se sumaba un aire revolucionario que llegaba del Oeste, donde lideres negros habían formado gobiernos revolucionarios liderados por un antiguo esclavo conocido como Toussaint Louverture.

El tiempo había transcurrido desde el momento en que España le cedió a Francia el territorio oriental de la isla mediante el tratado de Basilea. Ésta, que había sido su primera colonia en el nuevo continente, seis años ya habían pasado desde esos momentos.

El panorama social en la isla estaba sujeto a las incidencias que sucedían constantemente, como las contiendas militares que unidas a arraigados sentimientos hispánicos de la población y un pánico generalizado, hicieron imposible llevar a cabo el traspaso del territorio oriental de la isla a Francia.

Para llevar a cabo el traspaso, Francia envió un contingente militar para garantizar la entrega, pero había emergido en el panorama la figura del líder negro Toussaint ya con un gran poder militar y político que había logrado con sus relampagueantes triunfos militares, transformándose en un obstáculo prácticamente infranqueable para poder llevar a cabo el tratado de Basilea.

Pronto surgirían las conspiraciones para tratar de eliminar el obstáculo, pero su triunfo en Haití, logrando la independencia de dicho país de Francia, le daba una estatura de líder internacional.

Sus canales de información le pusieron al tanto de la conspiración de los comisionados franceses, a los cuales él obligó a firmar un decreto mediante el cual se le autorizaba invadir la parte oriental de la isla, lo cual realizó en el menor tiempo posible.

En enero de 1801, un poderoso ejercito invadió la parte española, lo cual produjo una gran angustia en el pueblo, ya que tanto el pueblo como las autoridades francesas esperaban entregar la parte oriental a las autoridades que fueran designadas por España.

Se realizó la primera invasión del territorio oriental de la isla por un ejército haitiano, comandado por un antiguo cochero esclavo de una plantación en cabo haitiano, que había dirigido con extrema crueldad la independencia de Haití.

Crónicas de la época relatan ceremonias celebradas en la catedral y en la Plaza Mayor, donde el caudillo haitiano proclamó la frase revolucionaria francesa: Libertad, igualdad y fraternidad, terminando el período de la esclavitud en la isla.

Una invasión Napoleónica llegó a la isla de Santo Domingo en el año 1802 y desembarcó en los principales puertos, con el propósito de restablecer la esclavitud en la isla. Pronto se iniciaron los combates entre las tropas napoleónicas y el ejercito haitiano, comandado por Toussaint, cuando éste ganó la guerra fue invitado por el jefe de la expedición, general Víctor Enmanuel Lecler, quien lo hizo preso y lo mandó a Francia, en donde murió en un calabozo.

Después de la muerte de Toussaint, nuevos líderes negros y mulatos tomaron el mando de la rebelión y la convirtieron en la guerra de independencia, lograron el primero de enero 1804, la proclamación oficial de la República de Haití, siendo el primer país de América en lograr su independencia.

El primer presidente, Jean Jacques Dessalines, comenzó a ejercer su mandato sin darse cuenta que las tropas francesas seguían en el territorio insular. El general francés Louis Ferrand, que estaba estacionado en Montecristi marchó a Santo Domingo, donde tomó control de la plaza deponiendo al general Kerverseau. Así se inició lo que fue conocido como la Era de Francia en Santo Domingo.

El gobierno de Ferrand en su primera etapa trató de fortalecer su hegemonía en la mayor parte del territorio posible, previendo en cualquier momento una invasión de los haitianos a Santo Domingo, lo cual sucedió cuando el gobernador Ferrand emitió un decreto en 1805 bajo los siguientes términos: “Se desconoce la existencia de la República de Haití, a la cual se le declara la guerra, se legaliza el robo de niños haitianos para luego ser vendidos como esclavos”.

El contenido del decreto era inaceptable, pues proponía de nuevo la esclavitud y también para los haitianos, aprovechar la oportunidad para expulsar los remanentes del ejército francés de 1802.

El gobierno haitiano se propuso realizar una nueva invasión al territorio oriental y con esa finalidad formó un formidable ejército haitiano, compuesto por 21 mil hombres, el cual el fue dividido en dos grandes columnas: una entró por el sur, comandada por Petion y Geffrard y una segunda que tuvo como punto de origen Cabo Haitiano, comandada por Chistophe y Dessalines. Había una ansiedad para llegar a Santo Domingo. Existía resistencia a todo lo largo de la trayectoria, la cual se respondía degollando a sus enemigos y un permanente saqueo de las propiedades que se encontraban a su paso.

Marzo 1805

La ciudad de Santo Domingo se encontraba sitiada por una fuerza más numerosa que los defensores, pero había sido imposible tomarla por las murallas coloniales que Ferrand había mejorado, pero simultáneamente los haitianos no tenían una artillería pesada con la cual romper la muralla. La suerte estaba echada del lado francés. Cuando habían mandado a buscar la artillería pesada, una escuadra francesa cruzó frente a la ciudad, provocando pánico en el bando haitiano.

Esto obligó a iniciar una retirada apresurada de parte de las fuerzas haitianas que salían a defender su territorio como primera opción y se fueron por donde habían entrado.

La columna norte, comandada por Dessalines y Christophe, a su paso por las poblaciones degollaron mujeres, niños, ancianos y comenzaron a crear el sentimiento antihaitiano en los isleños. Esto fue la primera semilla en la búsqueda de nuestra identidad.

El fracaso de Dessalines provocó grandes luchas y conflictos entre los bandos de negros y mulatos. Durante dichas luchas fue asesinado Dessalines y se dividió la república haitiana en dos estados: en el sur bajo un gobierno democrático y liderado por Alexandre Petion, y otro en el norte bajo un gobierno despótico.

Todos estos acontecimientos iniciaron el despertar de la conciencia dominicana.

En 1842, años después hubo un gran terremoto que asoló a Santo Domingo. Parecía ser el preludio de una limpieza en las luchas que se habían sucedido y crear el espacio de una nuestra independencia para formar la República Dominicana.

El Nacional

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