El caso del estudiante de 15 años a quien cercenaron una mano en un incidente en San Pedro de Macorís acentúa la saña que caracteriza la ola de violencia que se propaga por el territorio.

No se ha determinado si el adolescente fue víctima de un asalto o de un choque entre grupos, pero lo claro es que el agresor estaba decidido a hacer que corriera la sangre.

Una versión indicaba que la víctima estaba en las afueras del liceo José Joaquín Pérez cuando fue atacado con un machete por otro joven identificado como Juan Manuel Cedano (Manguito), de quien se dijo que pertenece a una pandilla denominada “Los Buenos”.

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Cedano, quien era perseguido fue entregado a la Policía. La víctima, a quien reimplantaron la mano en el hospital Salvador B. Gautier, formaría parte de un grupo bautizado como “Los Barrios Linderos”.

Las dos bandas estarían integradas por jóvenes con edades entre 15 y 18 años. Otra versión indica que entre la víctima y el victimario existían celos derivados de que ambos pretendían a la misma joven.

Concatenado con otros casos se advierte la saña como elemento común. El detalle representa un toque de atención para las autoridades.