Opinión CRÓNICA DEL PRESENTE

¡Otra vez: Haití!

¡Otra vez: Haití!

Euclides Gutiérrez Félix

Es importante que se haya recogido la noticia de que cuatro ciudadanos estadounidenses, en funciones de auxilio, de ayudantía en favor del “Conglomerado Humano” que responde al nombre de Haití, entre los cuales hay una hija de un legislador del Congreso estadounidense.

Las bandas que no están calificadas, las pandillas de asesinos criminales que se han adueñado del territorio del vecino de nuestro país, con su acción le han desafiado al gobierno más importante y poderoso del mundo, que no le tienen ningún respeto, porque no tienen temor, a la corta y a la larga los estadounidenses han mantenido la actitud, no de aceptación, pero de conformidad o tolerancia, porque se sienten apoyados directamente por Canadá, Francia, la Organización de Estados Americanos (OEA), y las Naciones Unidas (ONU).

¡Otra vez: Haití! Hemos escrito docenas de artículos sobre Haití, y la República Dominicana. Es más, hemos publicados un libro “Haití y la República Dominicana, un origen y dos destinos” que en estos momentos va a su quinta edición, y tenemos que recordar aquí, porque nos criamos y vivimos en la frontera.

Nuestro padre fue oficial comandante de la frontera en 1944, después del Centenario de la República, en la Zona Noroeste y después que Rafael Trujillo Molina, lo canceló como Capitán Instructor y subdirector del Centro de Enseñanza, del Ejercito Nacional, dos años después volvimos a la línea noroeste a Montecristi, donde estaban instaladas las oficinas y el Departamento de Agricultura de la división Berlanga de la United Fruit Company que era la compañía más poderosa del mundo, productora de guineos que ahora se le conoce como bananas.

En la división Berlanga en Montecristi Grenada Company, en la Bahía de Manzanillo, Pepillo Salcedo, en mi memoria, en el departamento agrícola que tenía su oficina principal en la Cruz de Palo Verde, no recuerdo a ningún haitiano trabajando en esa empresa estadounidense: Agripino Silvestre, quien fue por más de veinte años el caballerizo personal, de nuestro padre, que lo había rescatado de las manos de quienes lo llevaban preso cuando Trujillo ordenó la matanza, o “El Corte” de los haitianos, que estaban invadiendo el territorio de nuestra nación. Agripino Silvestre fue un personaje en esos años en las plantaciones de Grenada Company. En la que nuestro padre era un funcionario, Agripino murió en Castañuelas, provincia Montecristi, en la que nuestro padre le compro una parcela.

Agripino hablaba español correctamente y tenía cedula de ciudadano dominicano, porque era un servidor admirable, obediente y agradecido. Ahora, el “Conglomerado Humano” que se llama Haití, ha comenzado a ser ocupado por en su territorio por fuerzas militares de Kenia, un país de Africano, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Organización de Estados Americanos (OEA) y los gobiernos de los Estados Unidos de América, Canadá y Francia, han asumido la responsabilidad de lo que esta pasando o puede pasar en Haití, en la extensión de un proceso territorial de anarquía: asesinatos y crímenes que pueden llegar al territorio de la República Dominicana.

El nuestro es un “pueblo pequeño”, productor, organizado, firme y valiente. No tenemos miedo: “Dios, Patria y Libertad”.