Con un gran aparataje militar las autoridades habían ocupado el 17 de septiembre la penitenciaría de La Victoria para acabar con las irregularidades y rescatar el recinto del control de las pandillas que imponían sus propias normas.

En el operativo, que se definió como un verdadero éxito, participaron más de mil agentes de la Policía y del Ejército, además de especialistas en asuntos carcelarios y representantes de otras instituciones. Con el operativo, se dijo, se perseguía garantizar la seguridad e integridad de los prevenidos, además de acabar con la corrupción que permeaba el recinto.

Armas blancas y de fuego, así como toda suerte de objetos fueron decomisados en la requisa que además incluyó la remoción y destitución de los administradores del penal. Pero la recuperación estaba lejos de efectuarse, como se ha demostrado con el motín de que dio cuenta la Dirección de Prisiones protagonizado por reclusos en protesta contra el traslado de supuestos distribuidores de drogas.

En una requisa, tras imponerse el orden, en un área conocida como Las Malvinas las autoridades dicen haber encontrado un vegetal que presumen es marihuana, un revólver, 13 cuchillos, 15 celulares, aparatos de amplificación de sonido y otros equipos que se suponen restringidos.

Por lo visto, la Dirección de Presiones tendrá no solo que mejorar la vigilancia, sino depurar al personal que opera en recintos como La Victoria para garantizar la seguridad y la rehabilitación de los reclusos.