Editorial

Pago con cheques

Pago con cheques

El Gobierno debió explorar algún otro procedimiento para detectar desembolsos irregulares en la nómina estatal que no fuera mediante la modalidad de emisión de cheques  a los empleados públicos, porque aunque sea de manera temporal se retrotrae el sistema de pagos a tiempos de Concho Primo.

Se admite como legítimo y necesario el propósito de detectar personas que cobran sin trabajar o que poseen más de un nombramiento en la Administración Pública, pero ese proceder perjudica a la mayoría de servidores oficiales, compelidos a realizar largas filas para canjear sus cheques en plataformas del Banco de Reservas.

El pago con cheque  incluye a 23 instituciones  públicas, con modestas nóminas, pero en los próximos meses incluirá a ministerios como Educación, Salud, Presidencia, Defensa y Hacienda, lo que supone un mayor nivel de dificultad para  las ventanillas de Banreservas.

El gobernador del Banco Central, Héctor Valdez Albizu, al intervenir en un  congreso sobre innovación financiera, reveló que más de cinco millones de usuarios acceden  a  servicios tecnológicos (Internet Banking)  del sistema de intermediación financiera.

Aunque aún es muy alto el número de  empleados públicos y privados que  retiran en  oficinas bancarias dinero correspondiente a sus salarios,  la población bancarizada se incrementó desde un 54% en 2014 a un 83% en 2021, con un aumento exponencial también en uso de cajeros automáticos y transacciones en línea.

De lo que se habla es de “innovación financiera”, “dinero digital”, “pago al instante”, “subagentes bancarios”, “ciberseguridad”, “pagos transfronterizos”, en un sistema financiero que marcha hacia la digitalización, por lo que resulta pesado retornar, aun sea temporalmente, al pago con cheques  de la  nómina pública.

En vez de realizar “una redada” que incluya a los más de 540 mil empleados públicos, los departamentos de recursos humanos, de auditoría y contraloría  deberían encargarse de identificar, mediante cruce de nóminas o descensos laborales  a quienes cobran sin trabajar  en el Gobierno.

Sin restar mérito a la intención de  consolidar transparencia en  la erogación de recursos  para el pago de salarios  en la Administración Pública,   es preciso advertir que el remedio de pagar en cheque es como pretender lanzar al mar un chinchorro de huecos grandes para atrapar sardinas o a la pretensión de matar mosquitos a cañonazos.

El Nacional

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