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Paisaje haitiano

Paisaje haitiano

Hugo Ysalguez

La necesidad de proteger la forestación y continuar ensanchando su crecimiento es una tarea prioritaria para el país, por los inmutables desafueros y actos crimínales de los haitianos ilegales que cruzan la frontera para cortar árboles y hacer carbón, no solo para cocer sus alimentos, sino para destinarlo a la exportación, y ese será un tema de permanente preocupación e igual que la protección de nuestros recursos hídricos que no son inagotables y perecen una de las prioridades esenciales de cualquier gobierno.

Sobre la dimensión de este problema y sus consecuencias, nos escribe desde Barcelona, España, el destacado economista, José Café, y su epístola, se inicia así: dicen que Colón llegó primero a Haití y los indígenas le señalaron que hay una tierra más verde al otro lado. Verdad, mitología o leyenda, República Dominicana nació más verde que Haití.

El deterioro del paisaje haitiano también llama la atención de la comunidad ecológica internacional. Un artículo publicado en el periódico El País, el 29 de octubre del 2018, compila las conclusiones de varios estudios sobre el tema. Algunos coinciden con la percepción de que solo un 1% de su suelo está arborizado. Otros, usando las mismas imágenes de Landsat de la NASA, dicen que es un 30%. Esa discrepancia viene de la falta de consenso sobre la definición de lo que es un bosque.

A los del 30% les preocupa que ese 1% sea utilizado para fortalecer la narrativa negativa sobre los agricultores haitianos como ignorantes que destruyen su entorno. Todos coinciden en que el corte de árboles no es un problema de estos tiempos sino de siglos atrás. Una agricultura de exportación en la era colonial en un territorio montañoso sugiere talas masivas en los valles, y paulatinas en las montañas para cubrir las necesidades energéticas.

Ni los cortes pasados ni actuales han sido han sido correspondidos con los debidos planes de reforestación, y la naturaleza tampoco ha querido ayudar. Esa es la parte más llamativa para los ecologistas porque en Haití llueve un 30% más que en la húmeda Galicia. Solo por las lluvias, el paisaje debía ser tan verde como Puerto Rico y Cuba. Y yo digo tan verde como una parte de las montañas de El Seibo que tienen pocos árboles, copiosos arbustos y abundante pasto.

Aunque el 80% de las necesidades energéticas son satisfechas con madera, niegan que la causa de la aridez sea el corte de árboles para hacer carbón. El grueso de la producción de carbón y leña proceden del mezquite (Prosopis juliflora), un árbol de rápido crecimiento que aguanta las podas más abusivas. A falta de voluntad o recursos para reforestar y una naturaleza que tampoco ayuda, el resultado es el que es.