El nombre de República Dominicana ha salido a relucir en Estados Unidos con la acusación que autoridades federales formularon contra miembros y asociados de una pandilla transnacional de origen dominicano quienes han sido vinculados con al menos seis asesinatos y once intentos de homicidios en Massachusetts.

La banda Los Trinitarios, con ramificaciones en España y Reino Unido, utilizaba violencia extrema para establecer control territorial y enfrentar a grupos rivales por tráfico de drogas o disputas personales en las ciudades de Lynn, Boston y Haverhill, según documentos judiciales.

La fiscalía del condado de Essex, en el estado de Nueva Jersey, acusó de asesinatos a dos personas que eran menores en el momento de la comisión de los crímenes, en tanto que la fiscal federal Leah B. Foley dijo que la pandilla Los Trinitarios “ha participado en actos descarados de asesinatos, asaltos y distribución de drogas…”

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El presidente Donald Trump no ha relacionado a la comunidad dominicana en Estados Unidos con los crímenes y delitos que atribuye a inmigrantes indocumentados, por lo que la imputación a integrantes de esa banda causan un grave daño a la reputación de una diáspora reconocida por su laboriosidad.

A Los Trinitarios se le define como una peligrosa banda criminal multinacional con sede en Nueva York, integrada principalmente por dominicanos y estadounidenses de origen dominicano, que se originó en la prisión de Rikers Island, para luego convertirse en una organización con presencia en tres estados y ramificaciones en España y Reino Unido.

Por la gravedad de los crímenes que les son atribuidos, ese grupo vandálico se compara con la banda venezolana “Tren de Aragua”, a la que se le imputa la comisión de numerosos asesinatos, asaltos y secuestros, incluido el rapto y muerte de una joven estadounidense.

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La Policía de España desarticuló el viernes pasado a una red del grupo Los Trinitarios, asentada en la localidad de Torrejón de Ardoz, que operaba en la comunidad de Madrid, donde apresó a siete de sus integrantes, acusados de homicidios y tráfico de drogas, lo que prueba la peligrosidad de esa pandilla.

A los consulados en Nueva York, Massachusetts y Nueva Jersey les corresponde defender la integridad de la comunidad dominicana en Estados Unidos, así como condenar vehementemente las infracciones penales perpetradas por ese cártel criminal integrado por delincuentes que avergüenzan y manchan el buen nombre del gentilicio nacional.