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Para Duarte fue una decepción la orden de retornar desde Baní a la capital

Para Duarte fue una  decepción la  orden de  retornar desde Baní a  la capital

Tal cual les conté, es la comunicación del 1º de abril la que encuentra respuesta. Empero, tal como les dije, lo respondido no satisface al Patricio.

El oficio recibido por Duarte el 4 de abril, si bien conciso, no deja lugar a dudas. La Junta Central Gubernativa, escribe al “Compañero y amigo: Al recibo de ésta se pondrá Ud. en marcha con sólo los Oficiales de su Estado Mayor para esta ciudad, donde su presencia es necesaria, avisándoselo al General Santana.

“Saludamos a Ud. afectuosamente, el Presidente de la Junta, Bobadilla; Echavarría, Delorve, Francisco Sánchez, Jimenes, Félix Mercenario.

“El Secretario de la Junta, S. Pujol”.

Nada como tan breve oficio ha debido ser más doloroso para Juan Pablo. En los días de preparación de la causa, instó a sus seguidores a ingresar al ejército ocupante. Quería darles formación militar. ¿Por qué no recibir entrenamiento sino de parte del propio invasor?.

En cumplimiento de tal recomendación, él mismo ingresó a esa fuerza militar. Con rapidez alcanzó más allá del grado, la condición de furriel. Era, este rango, el equivalente de un cabo actual, con facultad para elegir personal de tropa. También para ejercer como “oficial de mesa”.

¡Espléndida posición! Sin duda le permitió recomendar algunos de los partidarios de las ideas pregonadas por él. No puedo afirmarlo a plenitud, pues no existe prueba documental de mi presente aseveración. La posibilidad, empero, no le era ajena.

Sin embargo, tanto esfuerzo únicamente le ha servido para teñir su persona de frustraciones. Sale al ostracismo justo a poco de la caída de Boyer. La trama promovida por él desemboca el 27 de febrero, aunque él está en Venezuela. Regresa el 14 de marzo, cuatro días después de la presentación de Santana en Santo Domingo.

En su ausencia, es Santana -quien se ha presentado con poco más de medio millar de hombres-, el elegido para enfrentar la invasión haitiana de Charles Riviere Herard.

Santana, quien ha lazado reses y dominado peones, se bautiza con la confrontación de Azua de Compostela. Por razones tácticas u otras ignoradas por no haberlas explicado tras el triunfo, Santana se retira del campo de su victoria.

Tal vez ello alarma a la Junta Central Gubernativa en Santo Domingo. De ahí la designación de Duarte, quien ha llegado del exilio el 14 de marzo. Nombrado como segundo jefe de las tropas del Sur en fecha 21 de marzo, sale al siguiente día, 22 de marzo.

Lleva consigo, bajo su mando, un contingente pletórico de entusiasmo. El jefe de la misión y sus hombres, encuentran un valladar. El general Santana, puede afirmarse sin eufemismos, los ignora.
Duarte desea aprovechar la presencia de Herard en Azua. El Presidente haitiano ha vuelto al suelo en donde conoció infamante derrota, para atropellar a las gentes e incendiar el caserío. Santana luce indiferente a todos los abusos del invasor.

Por eso Duarte ha escrito a la Junta Central Gubernativa, ¡tres veces le ha escrito! Pero el oficio de este 4 de abril, la esperada respuesta, ¡respalda a Santana!.

Obedece la resolución. Dará sin embargo, una lección propia de la integridad distintiva de su ánimo, de la honestidad propia de su conducta, de la honorabilidad característica de su persona.

Para irse Duarte con la tropa, las escuálidas arcas del nuevo Estado se desprendieron de mil pesos. El 12 de abril, entregará el Fundador de la República, unas cuentas pocas veces dilucidadas en el país.
Debe el general Duarte pesos mil que le fueron entregados para gastos de la división que fue bajo su mando al Cantón de Baní.

El político dominicano, el hombre público, siempre ha mirado esas arcas desde un punto de vista diferente al de Duarte. Por consiguiente, él no entregó esa cuenta a sus coterráneos. Escribió para la eternidad.

El documento contiene nombres y firmas de los miembros de la Junta, receptores del dinero devuelto.
Al dorso, una nota de recibo suscrita por Don Miguel Lavastida, en la cual daba constancia del recibo de esa suma en el Tesoro de la República.

EL DATO

Reportes de los gastos de Duarte
c/c Con el Erario
Público Haber
Marzo 23 $1,000.00
Gastado en Haina $1.00
Pitanza o sea raciones para el E.M. y agregados a él desde su salida de Santo Domingo hasta su vuelta.
14 hombres (sin contarse él mismo) $39.12
Papel blanco $1.00
A 8 militares para pan o bastimento $1.00
Al Sargento Capri una ración atrasada $ .50
Maíz $2.00
Al Ban. Castillo por su buen comportamiento para con los habitantes, sin estar
racionado $10.00
1 lata de aceite almendras $1.50
Plátanos para racionar las tropas $2.00
Id. Id. Id. $6.00
Un novillo $20.00
½ qqt. Azúcar $4.00
4 platos de hoja de lata $4.00
Al Comandante Pina a cuenta $50.00
2 cueros para las Cajas $1.00
En velas $3.88
Al Capitán Martín Girón, enfermo $16.00
A Ramírez, miembro de la Central $10.00
Total $173.00
Entregados al Tesoro $827.0”

 

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El Nacional

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