Editorial

Paso de avance

Paso de avance

Con el acuerdo firmado ayer entre la Corporación de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE) y la generadora AES Dominicana para la  inversión conjunta de 800 millones de dólares en la construcción de una planta a carbón de 300 megavatios, se inicia el nuevo ciclo de acciones públicas que procura conjurar  la grave y añeja crisis del subsector eléctrico.

Se define como muy positivo que  el sector privado  ya involucrado en la industria  eléctrica se anime a participar  en nuevos programas de incremento y diversificación  de la matriz energética, pues desde hace mucho tiempo la inversión  en ese sector  fue  casi insignificante, lo que agravó el déficit en la generación  de electricidad.

La nueva planta se construiría en terreno del parque Itabo operado mediante el sistema de capitalización aplicado por el Estado hace más de una década, mediante el cual el sector privado administra unidades generadoras que antes eran operadas por  el ente oficial, por lo que falta saber si la nueva instalación operaría  con los mismos parámetros.

El Gobierno ha anunciado la construcción de  otras plantas con inversión única estatal o a través de la Refinería Dominicana de Petróleo, de la cual el Gobierno venezolano posee el 49 por ciento de las acciones, lo que hace suponer  que la demanda de generación  eléctrica quedaría  totalmente suplida  a fines  de 2016.

Otros componentes que agravan la crisis eléctrica, como los contratos y acuerdos rubricados con  empresas generadoras, definidos como lesivos al interés nacional, estarían pendientes de revisión, más aun si las previsibles nuevas fuentes de energía a base de  gas natural y carbón, impactarían  en la reducción del precio del kilovatio.

Es por eso que  el Gobierno debería  precisar si  las gestiones para  concertar un Pacto Eléctrico incluyen modificar obsoletos contratos, tanto en el ámbito de la capitalización como en los suscritos con productores independientes, la mayoría de los cuales se enmarcan en el calificativo de viles.

Se requiere saber, por ejemplo, si  en la nueva alianza CDEEE-AES, prevalecerá la  subordinación estatal en  los consejos de administración  de empresas generadoras de electricidad, donde   el interés público  está  representado apenas por un vocal sin derecho a voto.

Se aplaude que  los sectores público y privado mancomunen esfuerzos  en la tarea de conjurar la crisis  del sector eléctrico que  constituye el principal obstáculo al despegue definitivo del desarrollo nacional, pero, si no es mucho pedir, se sugiere que el Estado recupere  total liderazgo en el reencauzamiento de la industria eléctrica.

El Nacional

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