El cantante británico Paul McCartney se presenta en concierto este viernes, en el estadio El Campín en Bogotá (Colombia). EFE/ Carlos Ortega
Bogotá.- El cantante británico Paul McCartney levantó este viernes a Bogotá con clásicos de The Beatles, Wings y de su carrera solista en una parada de su gira ‘Got back’’ en una noche nostálgica en la que reconquistó a los colombianos en el estadio El Campín, donde no se sintió frío y varias generaciones se unieron tras 12 años de espera.
A una hora y media de comenzar el concierto, la fila de gente daba media vuelta al estadio, que se fue llenando hasta casi el inicio de la esperada cita musical.
Con banderas de Colombia, camisetas de The Beatles, bandanas con el nombre del artista británico y hasta disfraces de la legendaria banda, los fanáticos no dudaron en acudir con sus referencias al artista en la ropa.
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Mientras El Campin iba recibiendo a los asistentes, un DJ amenizo la espera con temas de Paul McCartney y sus bandas mezcladas con toques de hip hop.
El show arrancó con una proyección de imágenes de los Beatles, mientras el equipo preparaba los últimos detalles del escenario.
Casi media hora después, haciendo sonar su bajo con las notas de ‘A hard day’s night’ y acompañado de los gritos de las miles de personas que llenaron el estadio, McCartney salió a la tarima.
“Hola Colombia! Buenas noches, rolos (como se conoce a los bogotanos). Estoy muy feliz de estar aquí de nuevo”, manifestó el cantante en un fluido español.
Múltiples facetas
McCartney paso del bajo a la guitarra, al piano e incluso al ukelele con toda facilidad, demostrando que ante todo es músico, aunque también se atrevió con algún baile entre canción y canción, algo que el público respondió con risas y aplausos.
Con 82 años, la voz de McCartney parece no haber cambiado ni envejecido con los años, manteniéndose prácticamente intacta durante las casi tres horas de espectáculo.
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Acompañado de dos guitarristas, un baterista y tres músicos tocando los instrumentos de viento, que aparecieron inmersos entre el público, el conjunto musical estuvo más que completo y compenetrado.
‘My Valentine’ sembró el tono romántico con Johnny Depp y Natalie Portman en las pantallas, canción que dedicó a su mujer Nancy, que estaba en el público.
Sin embargo, la parte más emotiva llegó con ‘Let it be’; ‘Live and let die’, que estuvo acompañada de un colorido espectáculo de fuego y pirotecnia, y ‘Hey Jude’, que llevó al público a corear con McCartney el popular “la-la-la-la».
Dedicatorias a John y George
El concierto, como todos los de la gira, tuvo un espacio para recordar a su “compadre”, como lo dijo en español, John Lennon al cantar ‘Here Today’, momento en el que cambió el ambiente y señaló al cielo, a los que los fans se unieron con las linternas de sus móviles en un emotivo homenaje al fallecido beatle.
También rememoró a George Harrison, el otro beatle que murió, con el ukelele y ‘Something’, que fue su canción más famosa y popular.
Igualmente, Lennon volvió a ser protagonista, pero esta vez cantando en las pantallas una parte de la icónica ‘I’ve got a feeling’, un emotivo momento en el que McCartney le dio la espalda al público para ver a su amigo, que fue asesinado hace 44 años en Nueva York.
Para el cierre, cargado de energía, McCartney interpretó ‘Golden Slumbers’, ‘Carry that weight’ y ‘The end’, con lo que selló una noche cargada de la nostalgia de la beatlemania.
En sus casi tres horas de concierto, McCartney hizo un recorrido por más de seis décadas de música de The Beatles, Wings y su repertorio como solista, en los que estuvo acompañado por una multitud entregada que cantó con él los temas más famosos de su extensa carrera, como ya lo había hecho en 2012 en el mismo escenario.