Por Melania Emeterio.-
Contrario al pensamiento duartiano, somos un país desacreditado internacional y localmente por la espiral de corruptela e impunidad, una corrupción fuera de límites. Es un país que desde sus autoridades se actúa de espalda a los criterios y prácticas que deben normar la ética en la actuación.
Es aquí donde, por fuerza, encaja el pensamiento de Duarte cuando expresó que “Nunca me fue tan necesario como hoy el tener salud, corazón y juicio, hoy que hombre sin juicio y sin corazón, atentan contra la salud de la patria” ¿Cuáles asuntos han venido erosionando la salud de la patria de Duarte, María Trinidad Sánchez, Matías Ramón Mella, Francisco del R. Sánchez y demás trinitarios?
La conmemoración del 176 aniversario de la Independencia Nacional, está más que empañada, no solo por el hecho electoral reciente sino por lo que es peor aun, la reedición de la feroz ocupación haitiana y de la usurpación y suplantación de que somos objeto, gracias a la actitud servil del gobierno al entregar el país a los haitianos. Este es, y así se expresa el imperio de la anomia social. Veamos:
? La salud en término ético está asociada de manera esencial a la entrega, a los haitianos, del territorio nacional adjunto de los servicios y el patrimonio nacional, en perjuicio de ciudadanos y ciudadanas de la nación.
? Atentado, desde el Estado mismo, a la identidad nacional, a los símbolos patrios, y a la espiritualidad presente desde la Biblia en el escudo nacional.
? Empobrecimiento de los contenidos de la historia dominicana para favorecer la historia de Haití, y darle cabida a la fusión de ambos países, en perjuicio de la República Dominicana
? Servilismo del Estado dominicano ante los organismos internacionales que pretenden hundimiento a la República Dominicana para “salvar” a Haití
? Silencio y complicidad de la clase política e intelectual sobre el hundimiento de la República Dominicana para favorecer a Haití.
? Padrón electoral sin depurar, a los fines de que voten extranjeros ilegales, principalmente de nacionalidad haitiana, a sabiendas de lo que esto significa.
? Continuismo a ultranza desde todas las instancias de poder, como si fuera un patrimonio familiar, y sus consecuencias inmediatas.
? Misoginia y feminicidios al granel por ausencia de mecanismos de prevención.
? Corrupción y desfalco de los recursos públicos.
? Compra de lealtades e intento de acallar las voces que disienten.
? Clientelismo y explotación de la miseria social humana.
Esta es fosa de ignominia que la clase política ha cavado para el país.
