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Pepe y Abinader

Pepe y Abinader

José Antonio Torres

Con Pedro Julio Goico Guerrero (Pepe), no había tratado nunca de manera personal hasta hace un mes cuando coincidimos en la oficina de un amigo común y conversamos sobre su retiro apresurado del Ejército.
Le recomendé que no aireara el tema, dado su edad y posición económica, pero tras su respuesta comprendí que estaba frente a un hombre de vocación militar, cuyo mayor empeño era volver a vestir el uniforme de coronel del Ejército dominicano.

De todas las sentencias de descargos que me dejó, la que encontré más interesante fue la número30-04-21 de la Tercera Sala del Tribunal Superior Administrativo (TSA), que ordena su reintegración como coronel del Ejército de República Dominicana.

Una de las observaciones que hace la sentencia del TSA es que el oficial fue retirado forzosamente de la institución, con lo cual se violó la Ley Orgánica número 873-78 que regía entonces en las Fuerzas Armadas, porque tenía menos de 20 años en la institución y no había solicitado su retiro.

Bajo ese mismo argumento, la Junta de Retiros, que es el órgano que rige las pensiones y jubilaciones de los militares, emitió dos certificaciones donde alegaban que no podía otorgar la pensión a Pepe Goico, porque éste fue puesto en retiro sin cumplir el tiempo mínimo que establece la ley.

Tomando la palabra del presidente Luis Abinader, quien siempre ha mostrado en la práctica y discursos que es un mandatario respetuoso de las leyes y de la independencia del Poder Judicial, es seguro que acogerá el mandato del TSA sobre este y otros casos.

De lo contrario, el jefe del Estado podría caer en desacato y ese sería un mal mensaje para la sociedad. Sabemos que Pepe Goico no es del agrado de muchos, pero el mandato de la ley está por encima de apreciaciones personales.
Sabemos de senadores, diputados y líderes políticos acusados de más de un delito, pero que fueron absueltos por los tribunales, y por ahí andan como el hombre aquel del famoso whisky.