Opinión Articulistas

PLD franciscano

PLD franciscano

Manuel Fermín

San Francisco de Asís quintaesenció su austeridad con esta frase: “Necesito pocas cosas, y de las cosas que necesito, las necesito poco”. Hizo votos de pobreza y rechazó la vida de placer convirtiéndose en “renovador” de la Iglesia. Como un abono espectacular para el populismo y con una crisis de liderazgo carismático, el Partido de la Liberación Dominicana ha lanzado una iniciativa franciscana para intentar renovar la no frágil percepción de corrupción que hay en su dirección.

Y la verdad que en este capítulo, el PLD no tiene mucho de que presumir. Esta agrupación decidió volver al modelo “franciscano” que adoptó desde sus inicios de: “restablecer las cotizaciones, convertirse en un partido de bajo costo, transparente y que se autofinancie: cotizaciones de la membresía, empezando por toda la matrícula del CP, “dice una nota de prensa recogida por el periódico Hoy del miércoles 4 de diciembre de 2024. Hay que tener cara. Talvez en política se puede hacer de todo menos el ridículo.

Ofendidos, humillados, despreciados, y además juzgados, parece que no le ha quedado más que reivindicarse. Sólo faltaba que los encumbrados miembros del otrora “poderoso” Comité Político, con argumentos de probada eficacia, quedaran exentos de las cotizaciones.

Pero no, fueron incluidos. Ahora todos harán parecer a una organización menesterosa, como fue antes, a un partido cargado de megamillonarios que le será difícil hacernos entender esta nueva versión, y que cuando caiga el telón de la realidad nos harán morir de risa teniendo a nuestra presencia los nuevos próceres del presente misérrimo que comenzará en el nuevo estilo de vida franciscana peledeísta.

Además, invocan la raza política de Bosch como para mejorar o hacer creíble el guion diferenciador, toda una demagogia caricaturizada. Un bochorno a Bosch.

Por lo visto, después de haber sublevado una población “hambrienta” de cambio, y de condena a la impunidad; embelesados de poder, enriquecidos muchos, ahora lucen abrumados por el peso de la realidad y nos salen con esta sandez.